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Los índigenas Kunas Yala (índigenas de Panamá)

Comarca Kuna Yala
La creación de comarcas indígenas en Panamá, obedece a una práctica especial de la división po­lítico-administrativa del territorio panameño, con el objeto de reconocer, proteger y desarrollar las comunidades indígenas que habitan en él. En nuestro país existen tres comarcas de La etnia kuna: la comarca Kuna Yala (llamada San Blas an­tes de 1998), la comarca Kuna de Madungandí y la comarca Kuna de Wargandí. Esta se localiza en la parte nororiental de Panamá y comprende la parte continental e insular del terri­torio que se extiende a lo largo de la costa caribeña. Posee una superficie de 2,340,7 km2, y su población es de 32,446 habitantes.


La comarca Kuna Yala incluye el archipiélago de San Blas o Las Mulatas, el cual está formado por más de 365 islas, islotes y cayos, muchos de ellos sin nombre. Estos se extienden desde Colón has­ta la frontera con Colombia.
Kuna Yala limita al norte con el Mar Caribe; al sur con la provincia de Panamá y la comarca Kuna de Madungandí, al sureste con la provincia de Darién y la comarca Emberá Wounaan (Cémaco), al este con Colombia y al oeste con la provincia de Colón. Kuna Yala fue la primera comarca en crearse en Panamá. El primer paso para su fundación fue el establecimiento de la circunscripción de San Blas, mediante el Decreto N° 33 de 1915. Esta originó la Comarca de San Blas, mediante la Ley N° 2 del 16 de septiembre de 1938. Posteriormente se definieron con claridad los lin­deros y se reorganizó administrativamente la co­marca, por medio de la Ley N° 16 del 19 de febrero de 1953.


a comarca indígena Kuna Yala tiene como cabe­cera El Porvenir, y está dividida en cuatro corregi­mientos comarcales:

  1. Narganá. Abarca desde el río Mandinga hasta el río Aidirgandí.
  2. Ailigandí. Comprende desde el río Aidirgandí hasta el río Portogandí.
  3. Tubualá. Abarca desde el río Portogandí hasta Quebrada Seca.
  4. Puerto Obaldía. Comprende desde Quebrada Seca hasta Cabo Tiburón.



Comarca Madugandí
La comarca de Madungandí se localiza al noreste de la provincia de Panamá, entre los corregi­mientos de Cañita, El Llano y Tortí, pertenecientes a Chepo, provincia de Panamá. Tiene una superfi­cie de 2,300,62 km2 y su población alcanza los 3,305 habitantes, según datos del Censo realiza­do en el año 2000. Madungandí limita al norte con KunaYala; al sur, sureste y oeste con el distrito de Chepo de la provincia de Panamá; y al este, con la comarca Kuna de Wargandí (provincia de Darién).


Esta comarca se creó mediante la Ley N° 24 del 12 de enero de 1996. Según la Codificación Numérica de la División Político-Administrativa de nuestro país, es el séptimo corregimiento del distrito de Chepo. No obstante, por ser un corregimiento comarcal, posee autonomía administrativa.
En Madungandí predomina la agricultura de sub­sistencia y se da la explotación del subsuelo. Es­tas últimas se realizan de acuerdo con normas generales de manejo de cuencas, para garantizar el funcionamiento de la central hidroeléctrica. Ascanio Villalaz, construida sobre el río Bayano e inaugurada en 1976.


Para construir esa central hidroeléctrica, se inun­daron 35,000 hectáreas de Madungandí. Aunque el Estado panameño renegoció los límites de la comarca por ese hecho, el pueblo kuna considera que no fue compensado de forma adecuada.


Comarca Kuna De Wargandí
La Comarca Kuna de Wargandí se localiza al norte de los distritos de Chepigana y Pinogana (provin­cia de Darién). Se creó al segregar parte del terri­torio de los distritos de Chepigana y Pinogana, mediante la Ley N° 34 del 25 de julio de 2000. Wargandí limita al norte con la comarca KunaYala, al sur y al este con la provincia de Darién y al oes­te con la provincia de Panamá y con la comarca Kuna de Madungandí.


Posee una superficie aproximada de 955,76 km2 y cuenta con una población de 1 133 habitantes. Estas personas habitan en tres comunidades in­dígenas: Nurra, Mortí y Uala. Al igual que en Madungandí, la principal actividad de los indí­genas es la agricultura de subsistencia.


ORGANIZACIÓN POLÍTICA
La organización política Kuna en la actualidad presenta una jerarquización de jefatura de gran efectividad y que en cuanto al aspecto del mecanismo del gobierno tribal se acerca al concepto más utópico que puede elaborarse sobre democracia. En cada isla o pueblo Kuna existe un jefe o “sáhila”, quien a su vez está supeditado a la autoridad de los tres “sahila tumadi” o Sahilas grandes o generales. Pero la autoridad de estos últimos, a su vez, aparece limitada y supeditada a las decisiones del congreso general Cuna, el cual se constituye en realidad en la autoridad suprema. En algunos pueblos de gran población, ade­más del sáhila principal puede existir un segundo sáhila e incluso un tercero con el fin de dividir las atribuciones respectivas.


La carta orgánica de los indios Kunas de San Blas, que la Ley 16 del 19 de febrero de 1953 reconoció como reglamento interno y tradicional de la comarca, establece la organización política Kuna de la siguiente manera:

  1. Congreso General Cuna
  2. Congreso locales
  3. Los tres sahilas generales (sahila tumadi)
  4. Los sahilas para las poblaciones de más de 500 comuneros.
  5. Los sahilas para las poblaciones de más de 100 o menos de 500 comuneros.
  6. Los argargana (voceros)
  7. Los sualibedis (guardianes del orden)



>El congreso general Kuna es realmente la máxima autoridad política dentro de esta cultura y están constituidos por la reunión y participación democrática de los tres grandes sahilas, el representante del gobierno nacio­nal, que en el caso de San Blas es el intendente y además todos los sahilas de cada isla, los voceros y representantes de cada comunidad, como también todos los asistentes, varones y mujeres adultos que asisten al congreso. En estas reuniones se discuten todos los asuntos económicos, educativos, sa­nitarios, relativos a las comunidades y en los debates pueden participar to­dos los asistentes.


En el caso de los grupos Kuna del Alto Bayano existe básicamente el mismo sistema político. Sin embargo, se encuentra un gran sáhila o sahila tumadi que tiene autoridad sobre la región. En cada pueblo hay uno o más sáhila y vale el mismo sistema establecí 3o por la carta orgánica de los indios de San Blas, en el sentido de que el Congreso General constituye la autori­dad máxima en Bayano. En efecto, ante cualquier problema que afecte a toda la región comprendida dentro del área de Bayano se reúne el Congreso General con la asistencia de los representantes de cada comunidad.


En el caso de Alto Chucunaque hasta hace poco años los tres pueblos: Uala, Mortí y Nurna tenían un sáhila general. Sin embargo, divisiones internas provocaron el rompimiento del sistema y actualmente se encuentran únicamente los sahilas de cada pueblo.
Los congresos locales están constituidos por la reunión de todos los habitantes de la isla o pueblo, presidido por el Sahila o sahilas de las islas y se reúnen por lo menos dos o tres veces por semana; hay casos o temporadas del año en que los congresos locales suelen ser diarios. En todos los otros sectores kunas de la tierra firma el sistema de congreso está en vigencia y constituye en realidad la autoridad máxima en cada comunidad.


Los sahilas tumadi son los sahilas supremos en la comarca de San Blas. Tiene bajo sus respectivas jurisdicciones una cantidad de islas o pueblos, que una división tradicionales les ha adjudicado. Estudios históricos demuestran que anteriormente a 1948 no se encontraba bien esclarecido este problema de jurisdicción y representación de cada sáhila tumadi. En efecto, subsistía aún la división creada a raíz de la muerte del gran sáhila Inanaguiña y la consecuente lucha por la sucesión en el poder que se suscitó entre dos jefes de gran hegemonía Simral Colman e Inapaquiña. Posteriormente, vino el gobierno de Sahila tumadi Nele Kantule, sucesor de Colman y de gran influencia en los destinos de la comarca. En 1948, en un congreso General reunido en Tubalá se logró la unificación interna de la comarca bajo la jefatura de tres sahilas tumadi, jerarquizada en la siguiente forma: Primer Sahila Tumadi: Yaviliquiña, Segundo Sahila Tumadi: Olotebidiquiña; Tercer Sahila Tumadi: Etanislao López; estas autoridades rigieron hasta el año 1971 cuando en razón del retiro de vejez del primero sáhila tumadi Yaviliquiña. Hubo de reunirse un gran congreso general con el fin de reorganizar la autoridad de los Sahilas tumadi. Resultaron electos y constituyó la jerarquización vigente entonces, como primero Sahila Etanislao López, como segundo Sahila Ceferino Colman. Como tercer Sahila Nivicti.


Los sahilas tumadi presiden los congresos generales y constituyen la representación de la comarca ante el gobierno nacional. Deben preocuparse por la solución de los problemas comarcanos y frecuentemente viajan a la capital de la república a hacer diligencias relacionadas con su cargo.


Los sahilas abarquinet constituyen la autoridad de cada isla o pueblo. Les toca presidir los congresos locales y, “según señala la carta orgánica de los indios de San Blas en su artículo 24”: Son las legítimas autoridades en sus respectivos pueblos, desempeñándose conforme a la tradición y buenas costumbres.


Los sualibedis o suaribganas son los encargados de convocar a congreso local, cuidar el orden y la participación de los asistentes en los debates. Les corresponde también atender a los visitantes o turistas. Como insignia de su cargo llevan siempre un bastón que aparece generalmente tallado con motivos zoomorfos. Los argarganas cosntituyen la delegación que cada pueblo envía a los congresos y llevan, de esta manera, la voz y representación de sus comunidades.
Durante los últimos años, las poblaciones de Bayano han invitado a los indios de Nurra y Uala a los congresos generales. También se ha convocado un congreso general de los Kunas continentales en el pueblo de Uala; solamente la población de Mortí se ha mantenido voluntariamente aparte de esta tentativa de unidad política de toda la región continental.


La autoridad de los sahilas de cada pueblo es paternal y están obligados a conservar conducta intachable en sus actos públicos y privados. Su elección depende de la comunidad y se les escoge en base a los conocimientos que poseen sobre la tradición indígena y a su comportamiento. El cargo no involucra ninguna ventaja económica ni remuneración específica. Un sáhila como cualquier otro hombre de la comunidad a realizar sus labores agrícolas, de pesca o de cacería. La misma observación vale por los grandes sahilas, aunque en los últimos se ha extremado la actividad política de los mismos viéndose a realizar frecuentes viajes a la sede del gobierno en la capital.


El nuevo sistema de repetitividad política emanado de la Constitución Nacional de 1972, asignó tres representantes de corregimiento a la Comarca de San Blas, en su sector indígena, y uno correspondiente a la población no indígena de Puerto Obaldía. En su condición de tal, actúan a nivel comunal distritorial, provincial y nacional, en éste último caso en función de miembros de la Asamblea Nacional de Representantes de corregimientos. De esta manera, los tres representantes se dividen, en cuanto a jurisdicción, los 48 pueblos indígenas comarcanos y dirigen las respectivas juntas comunales. La inclusión de los tres sahilas tumadi o caciques generales, dentro del consejo provincial de coordinación permite que este rija sin menoscabo de la autoridad del Congreso General kuna. Hasta el momento, la articulación de este nuevo sistema dentro del tradicional no parece ofrecer problemas insalvables de orden político, produciéndose un ajuste jurisdiccional.


Las poblaciones kunas basan su estructuración política en el hecho de que el Gobierno de Panamá les ha adjudicado reservas y les permite tener gobierno propio. La comarca de San Blas fue creada según la Ley 2 de 16 de septiembre de 1938 y declarada reserva indígena de acuerdo con la ley 20 de 31 de enero de 1957. Esta reserva comprende la porción insular y continental del territorio nacional que se extiende a través de las costas del mar Caribe siguiendo los siguientes limites: al norte, el mar de las Antillas, desde el Cabo Tiburón que marca el punto extremo de nuestra frontera con la República de Colombia, a un punto Playa Colorada al oeste de la punta de San Blas; al este, con la República de Colombia, siguiendo la línea que comienza en Cabo Tiburón y termina en Cerro Gandi tocando las cabeceras del río La Miel; al oeste, el distrito de Santa Isabel en la Provincia de Colón, desde el punto indicado en Playa colorada, en línea recta hacia el sur, hasta tocar las aguas del río Mandinga; este río aguas arriba en su nacimiento en la cordillera; al sur con los distritos de Chepo y Pinogana en las provincias de Panamá y Darién respectivamente, desde la cabecera de Río Mandinga, a través de las crestas de la cordillera de San Blas, en dirección oeste-este del Cerro Gandí.


Dentro de esta reserva están comprendidas las islas denominadas Oro, San Agustín y Pino. Los islotes Pájaros, Arévalos y los Cayos Arena, Mosquito, Limones, Piedras, Ratones y la Concepción. Está excluido del territorio de la reserva las tierras fronterizas donde está situada la población de Puerto Obaldía.
Los indios kunas que habitan el alto curso del Río Bayano tenían como fundamento territorial la llamada Reserva Indígena del Alto Bayano, que comprendía una faja de terreno que bordea el alto curso de dicho río y que involucra una extensión territorial de aproximadamente 87,000 hectáreas. Esta reserva indígena fue creada mediante la Ley 18 del 8 de noviembre de 1934. Los pueblos que forman dicha reserva son: Majé, Pintupo, Aguas Claras o Icantí, Río Diablo o Tapandí, Piriá, Sábalo y Cañazas. La construcción de la Represa Hidroeléctrica de Bayano motivó la inundación de los poblados kuna del curso medio del río y por lo tanto un programa de movilización de población dirigida por el estado panameño. Hoy, se encuentran asentados en pequeños poblados en torno al lago y en crítico proceso de adaptación.


En el extremo oriental de la Provincia de Darién, los pueblos de Pucro y Paya constituyen el remanente kuna de esa área. No posee reserva de tierras delimitadas según ley en su organización política presenta todas las evidencias de un extremo rompimiento de los patrones políticos tradicionales. Este fenómeno no es de extrañar puesto que los poblados constituyen paso obligado de los grupos que constantemente emigran de Colombia hacia Panamá y demás, como sitio fronterizo, reciben continuamente el paso de visitantes y de funcionarios encargados del control y policía del área, todo lo cual los ha sometido a un proceso aculturativo intenso. Esto puede observarse en un bilingüismo generalizado, uniones matrimoniales exógenas, inexistencia del sistema político tradicional. No obstante, se conservan aún los patrones de asentamiento y vivienda y las artesanías del tejido la cestería son extremadamente cultivadas.


ASPECTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
La principal actividad es la agricultura son desarrollados principalmente por los hombres, los cuales emplean el sistema de “roza”, es decir de corte y quema de la vegetación para la limpieza del terreno. En la zona insular existen extensas plantaciones comerciales de coco, pero las de mayor importancia se encuentran localizadas en la región continental.
Además del coco, existen potenciales sembríos de plátano, guineo, café, cacao, maíz, yuca, otoe, ñame, etc. en lo referente a la cacería se especializan en la captura y jaenamiento de los saínos, iguanas y puercos de monte especialmente en las regiones de Chucunaque y Bayano, mientras que esta actividad en el archipiélago no es muy común. En la región costero – insular, la pesca de la langosta y la tortuga constituye una gran fuente económica muy importante para la subsistencia interna de su población. La cría de animales doméstica como cerdos, gallinas, etc.; constituyen otra de las bases en las cuales se soporta su económica. Las mujeres dedican artesanías de las molas que se venden a los turistas.


Turismo
El turismo en Kuna Yala es muy común, para los kunas. Los turistas van allá y tienen un contacto cultural con los kunas con el conjunto de danzas y con los del poblado, le compran molas y otras artesanías.


Transporte
Para el transporte fluvial los kunas construyen piraguas utilizando un solo tronco. El cedro, el espavé y a caoba son las maderas preferentemente requeridas para estos menesteres. Se trata de una labor manual que requiere gran experiencia y para la cual se utilizan hachas y hachuelas. En la región continental se pueden observar dos tipos de piraguas: una de poco calado, y muy angosta, utilizada durante el verano cuando el nivel de las aguas ha bajado considerablemente. Otro tipo más ancha y de mayor profundidad se usa durante la estación lluviosa, especialmente para el transportar los productos cosechados. El uso del motor fuera de borda, hoy muy difundido, no ha eliminado, sin embargo, a la pértiga, y el canalete que son imprescindibles durante la estación seca, al bajar el caudal de los ríos. A esta observación hecha hace veinte años hay que agregar la situación actual motivada por el embalse del Río Bayano, con fines hidroeléctricos y que exige el uso del motor.


En San Blas, y en razón de los requerimientos de la navegación marítima, aparece la canoa o piragua con un diseño apropiado para este medio distinto. Se les hace también de un solo tronco y de las mismas maderas mencionadas adelante. Hay que mencionar el hecho de que en San Blas a menudo se adosa una vela con el fin de hacer más rápida la navegación. Este aditamento les permite hacer viajes largos, prácticamente recorriendo todo el archipiélago. Hasta hace pocos años eran comunes los viajes realizados por los kunas de San Blas a la ciudad de Colón, valiéndose de las canoas con las velas. Hoy el motor fuera de la borda se encuentra en uso constante.


Ceremonia de Matrimonio Kuna
Llegado el día de la boda, y preparados con antelación suficiente la cantidad adecuada de chicha fermentada que alegrará los corazones de los invitados, reunidos éstos a veces después de penoso viajes en sus cayucos monóxilos empujados por el viento, y dispuesta adecuadamente la casa de la chicha, da comienzo la ceremonia con la búsqueda del novio.

Al grito de sulup maskunna, los varones invitados, en especial los más amigos del novio, van en su busca. El novio, se hace de rogar (esto es parte del ceremonial) aunque ya está decidido a casarse. Para hacer más interesante esta parte de la ceremonia se esconde el joven, pero no tanto que sus amigos no puedan dar con él. Una vez hallado, con grandes gritos de alegría sus amigos le sujeta por la cabeza, brazos y piernas, de forma que no pueda moverse y lo llevan acompañados por un brillante cortejo de varones en medio de gran algazara hasta la casa de la novia donde espera pacientemente y ataviada con sus mejores galas, sentada en su hamaca, que ella misma ha tejido, y rodeada de las mujeres que llenan la casa.


Sientan por fuerza al joven al lado de su prometida, de manera que ella siempre quede a la izquierda de él, y apenas se ve suelto el muchacho, trata de huir, cosa que le impiden obligándole por segunda y aún por tercera vez a sentarse al lado de ella. De momento el novio parece desistir de su resistencia y entonces los amigos acercan una vasija llena de brasas que colocan debajo de la hamaca y comienzan a mecer está con un vaivén rítmico, como si estuvieran abanicando las brasas con la hamaca.


Después de algunos cánticos, los novios son llevados por separado a recibir un baño, acompañado los varones al novio y las mujeres a la novia. La finalidad de este baño según los kunas es enfriar sus ardores juveniles, pero otros kunas más serios me dicen que tiene por objetivo darles fortaleza para la lucha que han de emprender juntos para subsistir. En algunos lugares se tiene la costumbre de bañar al novio cada vez que se baja de la hamaca.


Practican monogamia. En su ley de kuna, tienen un alto concepto de su raza, por lo que no se le ve mezclarse con hombres de otras razas.


El Núcleo Familiar Kuna
El núcleo familiar kuna es de línea maternal y matrilocal, un aspecto siendo que el novio debe vivir con la familia de la novia y participar en aumentar la entrada monetaria de la casa de sus suegros y hoy en día algunas parejas jóvenes establecen otra vivienda al lado de la materna, para repartirse el trabajo y el cuidado de los hijos.


El Parto entre los Indios Kunas
Como culminación de los cuidados y atenciones que recibe la india embarazada, llega el momento del parto que es atendido en la propia casa por una india, generalmente de edad avanza­da, con gran experiencia en estas lides. Cuando todo parece indicar que el momento de la venida al mundo de un niño está cercano, los hombres de la casa preparan una “surba” parecida a la que se emplea para la ceremonia de la pubertad. Es un re­cinto que se construye con hojas de palma que se entretejen en uno de los rincones de la casa formando un pequeño cuarto donde se aísla a la parturienta en una hamaca para que quede fuera de la vista de los familiares. Dentro de la surba sólo pue­den estar la parturienta y la vieja partera (mu) o parteras (mu-gana) pues a veces puede haber dos o más.


El inatuledi prepara ciertos remedios vegetales según el caso, que serán administrados a la joven india por la partera misma. Antiguamente la surba se denominaba mor-surba. Para que el parto sea rápido e indoloro recomiendan los Inatuledis la administración de sákua que es un arbusto que produce una savia lechosa, espesa, y que se unta sobre el abdo­men de la parturienta o se administra en infusión por vía oral.



William Smith, conocido inatuledi de Ustupu, emplea la siguiente técnica para hacer el parto indoloro: Prepara una hierba olorosa que los kunas llaman muskua kia que mezcla con otra hierba alargada llamada nini punkiií. Bien mezcladas se administran en infusión a la mujer embarazada desde el se­gundo mes de gestación. Asegura Smith que esta medicina es cien por cien segura y si alguna vez falla es que la mujer no tomó la medicina como le recomendó, cosa que parece ser fre­cuente.
Hay la creencia general de que las mujeres kunas paren sin dolor. Nosotros también en alguna ocasión llegamos a creer esto, hasta que después de numerosas conversaciones, llegamos a la conclusión de que el dolor sí se presenta a cada contrac­ción, pero la disciplina a que ha sido sometida la mujer kuna hace que disminuya su intensidad y además el convencimiento que tiene la parturienta de que sus gritos no deben ser oídos por nadie incluye mucho en crear en ellas una especie de estoi­cismo. Las indias kunas viejas dicen: “Es prohibido gritar mien­tras se está dando a luz”, y así explican todo. Basta que hayan dado al convencimiento de que si los niños oyen sus gritos será perjudicial para ellos, para que soporten estoicamente las contracciones uterinas. Sin embargo, me refería un inatuledi que algunas mujeres no pueden evitar el lanzar algunos gritos.


Una vez que ha nacido el niño, inmediatamente su practi­ca la sección y ligadura del cordón umbilical y se le baña en una pequeña canoa monóxila preparada al efecto con anticipación por el propio padre. Bien limpio y aseado, se le deposito en una hamaca, mientras la partera espera la expulsión de la placenta que no tarda en salir. Esta se entierra inmediatamente envuelta en unas hojas de platanillo en un hueco que se practica debajo de la hamaca de la parida en el mismo piso de tierra de la casa.


RELIGIÓN
Los indios kunas son monoteístas, es decir, que creen en un solo Dios. Los kunas creen que las catástrofes naturales son enviadas por Dios. Su religión se basa en el premio a la buena conducta y el castigo a la maldad. Su región es congreso Kuna, donde asisten mujeres, hombres y hasta niños para escuchar el canto de las sahilas. Dice que están orando a Dios. También creen a los muñecos (representación de espíritus) lo llaman nuchus y un sahumerio. Dicen que los nuchus ayudan a las enfermedades y otras cosas más importantes.


Su Mitología
Ocupan un lugar destacado los albinos. El albinismo es un fenómeno que se produce entre estos indígenas desde hace generaciones, y hace que le llamen indios blancos “rey”. La mitología kuna ha sido objeto de investigación en repetidas ocasiones. Misioneros, viajeros y antropólogos se han sentido seducidos por la enorme riqueza de su mundo espiritual, la profundidad de sus esfuerzos cosmogónicos y la fuerza tradicional que perpetúa, mediante la historia oral todo el trasfondo mítico e histórico que le da contenido a la cultura.


En el aspecto espiritual de una cultura el más íntimo y celosamente custo­diado. No es fácil acceder a él y si ello se logra, no siempre la interpretación de los fenómenos reseñados resulta fiel. De allí la discrepancia que puede señalarse entre las diversas versiones existentes tras repetidos intentos que co­mienzan en el siglo XVII— por conocer el mundo mágico-religioso de los Tule. Entre todos ellos, es posible, sin embargo, tras detenida exégesis, lograr un esquema básico, dentro del cual podrían encuadrarse las variantes que el tiempo y la personalidad individual han producido.


La idea de Dios está presente en la actual cosmogonía Kuna y los varios investigadores que se han ocupado del tema siempre lo han destacado. Se trata de un Dios creador. Su nombre, producto del sincretismo hoy día, tiene el significado de Padre o jefe grande: Dio-sahila, Pab-Tummadi, Diolele. El investigador panameño Manuel M. Alba, quien incursionó entre los Kuna de Bayano a principios de este siglo, recoge el nombre Oba Oioyopopilele. Frav Adrián de Santo Tomás, en el Siglo XVII, obtuvo la versión de un Dios supremo —al cual no identifica— padre del sol y a quien los Kuna consideraban como el Dios efectivo. Su padre lo destinó a gobernar la tierra y para hacerlo, este edificó “unas vigas muy grandes y gruesas sobre dos cerros muyanos que estaban en los fines del mundo y encima de muchas barras”. Esta resultó ser la estructura básica en torno a la cual, con la ayuda de perdices y otros pájaros, como también de los pericos ligeros, se fue construyendo la tierra de la cual derivarían su sustento los hombres y animales.


El mito del árbol de la vicia aparece también en la cosmogonía Cuna, así como en la Chocó y otras culturas amazónicas. “… (Dios) hizo asimismo las plantas, árboles, animales y aves, y un río muy caudaloso que regaba toda la tierra. Y habiendo crecido un árbol pode­rosamente a su orilla, dicen que subió con sus ramas tan alto que impidió el camino al sol, de tal suerte que no podía andar su camino ordinario. Viendo este inconveniente, dos arditas de diferentes castas que hay en esta provin­cia, una grande y agobiada y otras pequeñas y derechas, se concertaron de derribarle, y poniendo en ejecución su intento, la ardita mayor comenzó a cortar el árbol y despidiendo una astilla, le dio un recio golpe en los lomos, con que quedó agobiada. Prosiguió la pequeña en el trabajo hasta que derribó el árbol y dio noticias al sol, el cual desde entonces hizo que la casta de estas arditas mayores anduviesen agobiadas y las de las chicas, derechas. Derribado el árbol, cayó en medio del río con lo cual atajó de tal suerte la corriente que vino a hacerse la mar y de las hojas del árbol, peces; y de las cortezas, lagartos, tortugas e iguanas; y porque el tronco que quedó no volviese a retoñecer y crecer el árbol, envió el sol un mono, una hormiga y un gavilán muy grande, para que enretoneciendo royesen sus hojas y raíces”. Persiste aún hoy el mito del “árbol de la vida”, bajo el nombre de “el gran árbol de sal”, o Paluwala. En versión de William Archibold, de Ustupu, recogi­da por Mac Chapin en 1969, se encuentra básicamente el mismo principio del enorme árbol que hubo que derribar con la ayuda de animales, y que dio origen a elementos vitales: “Los trozos grandes del Paluwala se descompusieron y se convirtie­ron en los mares, cubiertos de espuma y brillando como luciérnagas. Los valles de la tierra se llenaron de agua, formando las bahías y ensenadas y remolinos y mandando fuertes corrientes a mar afuera. Tad Ibe entonces tomó pedazos de tela de distintos colores —azul, rojo, dorado, negro, verde, blanco, anaranjado y amarillo— y los quemó. De las cenizas se formaron piedras y arena multicolores. De esta manera fueron creados los mares”.


Hoy, los Kuna ponen en boca de los primeros “Neles” de su historia, la explicación sobre su concepto de Dios. En versión de Iguainigdipipi, gran sabio y tradicionalista Cuna, y actuando como traductor el profesor Kuna Arturo González, obtuvimos el siguiente texto:

Teniendo Tiegun más o menos 40 años, idea el primer Congreso General de los ocho grandes Neles, para más bien cruzar ideas. Se verificó en Monotiuar, lugar donde estaba radicado Tiegun. Para ello, buscaron ocho grandes hama­cas destinadas al descanso cotidiano. Tiegun, como organizador del Congreso, pide la palabra dirigiéndose especialmente a sus compañeros Neles. No en forma, de palabra sino en forma de cantos. En la hamaca se dirige a sus compañeros, poco más o menos así: ¿De dónde venimos?, ¿quiénes fueron nuestros padres? ¿Cómo habéis aprendido el saber ce Dios? (Todo a manera de preguntas) luego el vocero Ulunía tat-chichi toma la palabra explicando a todos los presentes los que acababa de cantar Tiegun.



Paglibe, como estaba versado en la sabiduría de Dios, se dirige a ellos y dice “Creemos que existe un Dios verdadero, el único ser sobrenatural. En esta vida no podemos ver a Dios. Sólo llegaremos a conocerlo a la hora de la muerte, o sea en el cielo. Aquí, sólo vivimos soñando la idea. Dios también fue un producto de la naturaleza y fue al cielo. Luego en esta tierra, él dejó a su madre, la tierra, para que siga produciendo. Nacimos en esta tierra, no sabemos producto de qué. Los seres nacen sin darse cuenta, hasta que tengan uso de su conciencia, se dan cuenta de quién en es su madre, pero tardará anos en saber la realidad de su origen. Dios, él ser supremo, también nació en esta tierra Él creó la tierra, el sol, la luna y los demás seres de la naturaleza, estuvo, por lo menos, un año sin dar con la idea de la creación. El ser supremo creó los animales, pájaros. Existen los ríos, vientos, temporales, huracanes, vientos con agua, vientos con remolino. Allá arriba existen otras cosas: agua sagrada; también existe “jagua” de todos colores y cada uno tiene su perro como guardián. Todo lo creó Dios. Creó la tierra y árboles. En la tierra, Dios dejó su descendiente (Olouikipaler); también dejó los ángeles (Paliutur o Pabuitule). Los ángeles son los avisadores de la muerte y la compañía del ser natural, el guardián de los seres. Naché anda solo; si robamos escondido, creemos que andamos solos, pero siempre hay quien nos vigila. También existe en esta tierra la madre general (Olocuatur). La madre de los ríos (Olonupalikili), quien nos da todo lo que es líquido. Oloelidiryai, Madre consejera, la consoladora de las almas tristes y malas, Oloyaili, Madre de la igualdad, que todo ve igual a nosotros y a los seres de la naturaleza.
Oloquekepyai, jefe de los bálsamos; da nombres a los nuchus. Olobankikiler, jefe de los ajíes pequeños lkarobantur, jefe de los leones, quien todo lo daña y perturba. Además confunde todo lo bueno y lo malo. Después, más allá del cielo existe todo parecido al color azul, donde no existe vida. Luego llegaremos donde están las estrellas, sitios dorados. La tierra en que vivimos es como una totuma, en forma redonda; estamos dentro de ella. La morada de Dios está más allá del ciclo y de la tierra. Está encerrada tiene un camino en la entrada. Nunca podremos entrar vivos. Sólo entraremos en su morada en la hora de la muerte, nosotros mismos la abriremos. Tal como hemos nacido en forma natural.


Así es nuestro mundo. Al introducimos encontraremos a los ocho ángeles (Paliutur), sentados en una esquina y en la otra esquina también hay ocho personas quienes se encargaron de anotar lo que hicimos en esta tierra. En un lado está la mesa; al lado, una dama (Olosoquikili), encargada de cas­tigarnos por las faltas que hemos cometido (faltas pequeñas). Luego vere­mos un camino de las flores (Olotudaquiigar); camino de los oros (Oloaigpipigur-igar). Veremos un río donde existe agua bendita. Ella nos transforma nuestro espíritu para poder entrar en la morada eterna. Tam­bién hay toda clases de flores como para distraer nuestra mente sin pen­sar más en la maldad; todos seremos iguales ante Dios. En este río tam bién se bañó Dios. Este río tiene varios afluentes; uno de ellos, nunap coke, flores olorosas, donde se dio su último baño. Luego encontraremos un palo enramado, donde colgó su indumentaria, (las flores que menciona son las damas elegantes Olodiliyai; Manidil). Llegaremos así a la morada eterna, donde existe la igualdad. Donde hay campanas de oro, banderas, iodo es de oro. La morada de Dios consiste en ocho pisos. Donde no existe más la muerte. Donde todo es gozar. Morada donde no existe la tristeza. Donde todo hay, sin pensar en necesidad de algo. Allí será el sueño eterno. Sólo verán esa morada las personas buenas no podemos llegar enseguida a esa morada.


Alrededor de esa morada está el parque del descanso, donde todo es de oro perfumado y los asientos maravillosos. Allá en esta morada nos complacerá Dios por lo que hemos hecho de bien a los demás. Si hemos regalado, ayudando a nuestros prójimos todo eso, nosotros seremos; complacidos”. En la versión presentada por Iguainigdipipi, la explicación de la natura­leza de Dios, fluye naturalmente hacia el reintegro de los hombres a su remo, en ocasión de la muerte. Esto coincide en muchos aspectos con la versión de otros tradicionalistas Kunas recogidas por diferentes investi­gadores: Es siempre Nele Pailibier o Nele Pagliber quien describe el reino de los muertos.
Llama la atención en la versión aquí presentada, el evidente parecido con elementos harto divulgados del catolicismo. El cuadro del juicio final, donde aparece Dios rodeado de ocho personajes sagrados, nos recuerda vívidamente el símil católico, objeto de innumerables representaciones pictóricas.


Si comparamos con la versión recogida por el misionero- etnógrafo Fray Adrián de Santo Tomás, en el siglo XVII no podremos encontrar elementos comunes. Solamente la presencia del personaje oficiante en las ceremonias fúnebres, conocedor del canto sobre el Reino de los muertos, nos resulta familiar. Fray Adrián señala que el “mohán o hechicero está sentado en medio de los danzadores cantando al son de las sonajas y un tamboril un romance largo el cual contiene un itinerario que ha de hacer”. Pero el contenido es otro. En él no se ha introducido aún el elemento cristiano, pese a los esfuerzos del santo misionero. El reino de los muertos está relacionado con el lugar donde viven los gallinazos, pues estas aves de rapiña eran, para entonces, las que jugaban el papel preliminar en los procedimientos de enterramiento de los kuna, al descarnar los cadáveres expuestos en barbacoas.
A ello, sucedía el enterramiento secundarte de los huesos, que los deudos lavaban y perfumaban en grandes tinajas, que se ubicaban en lugares secretos para evitar el saqueo, ya que allí se le ponía al muerto” “sus cuantas patenas y las cosas de, estima que tenía”. La explicación mitológico que recogió Fray Adrián sobre el conocimiento que los indios tenían de este Reino de los muertos, donde estaban custodiados por los gallinazos es la siguiente: “Esto le enseñó según dice, una vieja habiéndosele muerto un hijo solo que tenía, me tan grande su sentimiento que lloró por muchos días su muerte y estando un día haciendo sus lamentaciones ordinarias le habló un gallinazo y le dijo que por qué lloraba tanto, que su hijo no era muerte; que subiese sobre sus alas que la llevaría donde estaba. Ella por el deseo grande que tenía de velle, subió encima del gallinazo y el volando la llevó a la casa de los gallinazos donde vido a su hijo que estaba bailando con los demás y vido todo lo que hacían, que es todo lo que dije arriba. En el tiempo que estuvo en esta casa su hijo la tuvo muy escondida porque no la viese el cacique de los gallinazos y la enseñó el cantar que cantan ahora los moanes del itinerario y el orden que se había de hacer y ceremonias que se habían de observar, que son las que he referido para socorrer a las ánimas con casas y demás cosas necesarias, y le encargó mucho le enseñase todo esto a las personas de toda la provincia, para que de ahí adelante hiciesen bien a las almas de la otra vida”. Resuita entonces, comprensible el cambio ocurrido a causa de la influen­cia misionera cristiana Incluso, y en relación con lo expuesto, es conveniente destacar que las prácticas fúnebres actuales difieren de las en boga a principios del siglo XVII. El enterramiento secundario ha sido reemplazado por el primario, como lo establece la iglesia católica.


Cuando 1749, el misionero mártir Jacobo Walburger, describe las costumbres de los Cuna, en referencia a la funebria señala ya la práctica del enterramiento primario, el cual lo hacían utilizando una canoa como ataúd. Sin embargo, la resistencia tradicional ante la práctica católica intrusiva, se hace patente en la siguiente observación de Walburger: “Al instante les metió el Diablo en sus cabezas un nuevo error que hasta entonces habían ignorado, pues decían que los que se entierran en la Iglesia han de resucitar y cargar sus huesos y carnes podridas, pero los que se entierran en el monte se van sólo con alma derecho al cielo”. Los indios “sometidos a campana” adoptaron pronto la práctica de funebria propia del catolicismo; los rebeldes, durante algún tiempo seguirían aún con el sistema del enterramiento secundario. No solamente al Reino de Dios, se refie­ren las tradiciones Kuna De ésto, indudablemente, emana la subsiguiente mi­tología, trazando un panorama, realmente místico, sobre sus orígenes. Una vez realizado el acto de creación, Dios envía una larga secuencia de héroes culturales a la tierra. Unos fracasan en sus cometidos, otros tienen éxito.


Algunos otros, deberán comenzar de nuevo, pues los hombres se han degra­dado y caído en malas costumbres. Estos héroes culturales son en su mayoría masculinos, aunque la participación mitológica femenina se hace presente tam­bién y en personajes fundamentales. Por ejemplo, el ente mitológico MUU está presente en los orígenes. Es el principio femenino generador de vida. Es asimismo el espíritu del útero. El canto del parto, el MUU-Igala, es un canto a esta deidad y a su papel y función ginecológica. Asimismo, el origen de las plantas está vinculado mitológicamente a una mujer Olonaguiguir; quién siguiendo el mandato de su Dios, Oba, habría modelado con barro los primeros árboles. MUU Magiryai, “enseño a fabricar las figuras de arcilla para usos domésticos: ollas, tinajas, asientos y mesas de barro, los cuales pintan graciosamente con savias de “abkitub” y “Kogasapi”. Sin duda alguna, uno de los héroes culturales que mayor huella-dejaron en esta cultura fue Ibeorgun. Fue también enviado por Dios, y llegó en compañía de su hermana Olokikadiryai. En realidad, son muchas las variantes en cuanto a los detalles biográficos de Ibeorgun, llamado también lbelele. Su aparición entre los hombres, según los distintos tradicionalistas, es, a veces, en un disco de oro, otras, a la orilla de un río; aún en otras versiones, enla cumbre del Takarkuna, junto a un pequeño lago”.
Lo coincidente en todas las versiones, es el papel civilizador que jugó este extraordinario personaje. Les enseñó las tecnologías imperantes en­tre los Kuna actualmente, comenzando por la construcción de la vivienda, Los hábitos de limpieza corporal y saneamiento ambiental. Es, asimismo, quien señala la forma como ha de realizarse la ceremonia de la pubertad femenina.”La hermana de Ibeorgun llegó completamente vestida, con la argolla dorada en la nariz, collares de oro y plata, cuentas amarradas en los brazos y en las piernas, faldas, trapos para tapar la cabeza y molas. Ella enseñaba a las mujeres cómo vestirse. Las enseñaba a hacer hama­cas, ollas de barro; a preparar la comida, la bebida; y a cuidar a los niños. De ella, las mujeres aprendieron a hacer huecos en las orejas y en las narices”. (Versión de Niga Kantule, 1969).

Después de la muerte o retirada de Ibeorgun, llegan los grandes sa­bios o Neles, cuyos dictámenes resumen los distintos aspectos de la filo­sofía Cuna. La vida y aconteceres de cada uno de ellos es objeto de minu­ciosa descripción y los tradicionalistas guardan en sus privilegiadas me­morias este acontecimiento. En los Congresos Locales, constituyen a me­nudo el tema central de las disertaciones que tienen por finalidad recordar a los Kuna su obligación de seguir los preceptos establecidos por la tradi­ción.


“El primer gran sabio antiguo con quien se inicia el origen de la filo­sofía indígena, se llama “Nele Tiegun, el segundo, Cubiler, el tercero, Pagl lbe; el cuarto, Palipiler; el quinto, Nele Sibu; el sexto Orkan o Olikana; el séptimo, Uakliper; el octavo Olonaquidir-yai (una mujer)”.


El papel decisivo que los mitos, la historia tradicional oral juegan dentro del proceso de endoculturación kuna, queda denotado en el “ethos” particularmente conservador y autodeterminación nativo de esta cultura. Aún hoy, personajes de la historia tribal reciente como Inapaquiña, Nele Kantule, Sirnral Colman, son objeto de estudios biográficos que se difunden con propósitos ejemplarizantes. Entran, entonces, a formar parte de la larga serie de personajes, que a través del mito y de la historia tradicional, configuran la trama y urdimbre que da cuerpo y fuerza espiri­tual a la cultura kuna.


TIPOS DE VIVIENDA
Los kunas construyen sus viviendas estilo bohíos de paja y caña brava, donde no hay muebles solo hamacas para dormir.
Los tipos de vivienda son:

  1. Nega Tumad: casa grande habitación para dormir.
  2. Soonega: casa de fuego referirse a la comida.
  3. In anega: casa de la chicha para referirse donde se hacen ceremonias; fiestas (donde chichas fuertes)
  4. Onmáket nega: casa del congreso. Se trata asuntos de menor incidente hasta mayores.
  5. Uan nega: casa de los muertos. Cuando una persona muere y lo entierran en una casa (eso habita en los ríos).



LOS INSTRUMENTOS MUSICALES
Los instrumentos musicales de la zona kuna son: el masisi o sonajero de calabaza con semillas; el Kamu, instrumento predilecto de los Kantules, que es una flauta vertical larga; el tolo macho de caña de bambú con una pluma de quecos y boquilla de embocadura cónica, símil a la flauta; el tolo hembra, similar al macho pero tiene cuatro agujeros y es de menor diámetro; el korki-kole, es una flauta fina, de hueso de ala de pelícano. Finalmente, un collar de huesos de pelícano, finos, en forma de tubo que se mueven y producen un ruido como flautines.


TRADICIONES
En cuanto a las tradiciones de los indios cunas, los mismos utilizan instrumentos confeccionados por ellos como el Nasisi (maracas) y la flauta. De esta forma animan sus ceremonias y fiestas. Entre las festividades que los kunas realizan, se encuentra el Ico-Inna (fiesta de la aguja) en la cual se celebra la perforación del tabique nasal de la niña. Esta fiesta se realiza dentro del seno familiar. En un primer momento, la persona encargada de hacer la perforación, efectúa una cirugía en la nariz, en donde se le coloca un hilo embebido en aceite de coco a fin de evitar una infección. A los días se le coloca una argolla, la cual se le cambia a medida que la niña crece. En la fiesta del Inna Suit (corte de cabello), a la niña se le da un nombre. El Kantule recita un canto tradicional llamado dislaigala (canción de las tijeras).


La Fiesta de la pubertad femenina. La fiesta del Inna-Muustiki celebra el momento de la primera menstruación de la niña, toda vez que se convierte en mujer y es apta para la maternidad. Permanece en su casa mientras se encuentre en su periodo menstrual, donde las mujeres de la comunidad la bañan con agua del mar. En este periodo, solo su madre y las mujeres que la bañan, tienen contacto con ella. La ceremonia se realiza en Kantule.


COSTUMBRES: ENTRE MOLA Y WINE
Sus mundialmente reconocidas molas son indudablemente reconocidas la pieza textil más vistosa de la indumentaria Tradicional de la mujer kuna, la cual usan para cubrirse el torso. Muchos autores coinciden en que la mola es la evolución sobre textil de los diseños geométricos que las antiguas kunas se tatuaban con tintes naturales sobre la piel. De hecho, las molas más antiguas que se conservan reflejan diseños geométricos. Aunque no es fácil determinar en qué momento sé comenzaron a confeccionar, se asume que las mujeres kuna comenzaron a transferir los tatuajes corporales a diseños textiles, luego de los primeros contactos “con compañías misioneras durante la colonización española del Istmo. Sin embargó, las molas más antiguas que se conservan tienen solamente unos 160 años.


De éstas creaciones, las más contemporáneas han sido estilizando e integrando al repertorio de diseños, figuras más realistas, generalmente vinculadas a la naturaleza; pero en algunas ocasiones, las artistas kunas registran través de sus diseños situaciones históricamente significativas. Las destinadas a la vestimenta, se diseñan de manera pareada con un tema en común, de modo que la parte delantera del torso y la posterior, puedan reconocerse como una unidad.
La originalidad de los diseños de las molas ha trascendido las fronteras de su área de origen, y se han convertido de verdaderas piezas de arte atesoradas por coleccionistas de todo el mundo, quiénes aprecian la mola no sólo por su singularidad estética, o por la fascinación de su exotismo. La calidad de una mola depende también de la fineza de su confección, lo intrincado de su diseño, y la cantidad de capas superpuesta para su creación.


EDUCACIÓN KUNA
Desde que el niño o la niña kunas vienen al mundo, se tie­ne gran cuidado en su educación. Su alimentación corre a cargo de la madre quien los amamanta hasta edad bien avanzada. La Higiene es sumamente estricta y los baños frecuentes hacen tempranamente del pequeño indio un canto a la limpieza. A los varones se les mantiene desnudos todo el día con la idea de que la exposición al sol, al aire, al agua, les fortalezca y haga de ellos hombres duros el día de mañana capaces de resistir to­das las difíciles pruebas y trabajos que han de soportar en la montaña, en las siembras, en la pesca o en la cacería.


Las niñas le enseñan las tareas de la casa, donde aprender. Coser las molas y ayudar a sus madres en la cocina. Hoy en día todo ha cambiado, las niñas y niños se dedican a estudiar en las escuelas.
Se nota entre la juventud kuna el interés por mejorar su pueblo. Los diferentes gobiernos que ha tenido el país se han interesado por incorporarlos a nuestra civilización, y con esa finalidad se han abierto escuelas primarias, primer ciclo secundario y se les ofrece becas para hacer estudios en nuestra universidad y en universidades del extranjero.

Citar este texto en formato APA: _______. (2010). WEBSCOLAR. Los índigenas Kunas Yala (índigenas de Panamá). https://www.webscolar.com/los-kunas. Fecha de consulta: 31 de octubre de 2024.

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Comentarios

10 Comentarios en “Los índigenas Kunas Yala (índigenas de Panamá)”

  1. Nandín Solís dijo:

    Agradezco su interés en los Kunas, y de como la describen según las informaciones que han recopilado…igual han de omitir datos de gran relevencia, como la figura de Wigudun junto a Ibeorgun y Kikadiria…espero sigan investigando…

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    • admin dijo:

      Si posee la información que hemos omitido, por favor aportela al sitio para su divulgación.

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  2. siaska dijo:

    Grasias me sirvio de mucho, es muy interesante esta cultura panameña

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  3. JOHANNA dijo:

    wuuaaooo interesante pudo averiguar muxa informacion exocto q que siguan investigando…

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  4. mina mercado dijo:

    como consigo y donde el cuento del sold segunla version kuna

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    • admin dijo:

      Ahora mismo no tengo información sobre cuentos del Sol en versión Kuna, solo sé que ellos consideran al Dios del Sol con el nombre de Tat Ipe, suerte con eso! espero te sirva!

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  5. yohani muñoz dijo:

    los kunas tienen unas costumbre waooo increíble. me sirvió bastnt

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  6. yohani muñoz dijo:

    que interesante es lo de los grupos indigenas.> (:

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  7. Rosalía Miranda dijo:

    Quisiera conocer mas acerca de la comarca wargandi…. su gastronomia

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Responder a yohani muñoz

 

 
 
 
 
 

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