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El Sistema Feudal

INTRODUCCIÓN

 

El sistema feudal europeo tiene sus antecedentes en el siglo V, al caer el Imperio romano. El colapso del Imperio acaeció básicamente por su extensión y la incapacidad del emperador para controlar todas sus provincias, sumado a las cada vez más numerosas incursiones de pueblos bárbaros que atacaban y saqueaban las provincias más retiradas del imperio. Esto provocó que los emperadores necesitaran gente para defender sus grandes terrenos y contrataran caballeros o nobles, éstos contrataran vasallos, villanos, etc. Se llegó incluso a contratar a jefes y tropas mercenarias de los mismos pueblos “bárbaros”.

 A partir del siglo X no queda resto de imperio alguno sobre Europa. La realeza, sin desaparecer, ha perdido todo el poder real y efectivo, y sólo conserva una autoridad sobrenatural remarcada por las leyendas que le atribuyen carácter religioso o de intermediación entre lo divino y lo humano. Así, el rey no gobierna, sino que su autoridad viene, a los ojos del pueblo, de Dios, y es materializado e implementado a través de los pactos de vasallaje con los grandes señores, aunque en realidad son éstos quienes eligen y deponen dinastías y personas. En el plano micro, los pequeños nobles mantienen tribunales feudales que en la práctica compartimentalizan el poder estatal en pequeñas células.

Se denomina feudalismo a la organización social, política y económica basada en el feudo que predominó en la Europa occidental entre los siglos IX y XV. Se trataba de propiedades de terrenos cultivados principalmente por siervos, parte de cuya producción debía ser entregada en concepto de “censo” (arriendo) al amo de las tierras, en la mayoría de los casos un pequeño noble (señor) nominalmente leal a un rey.

 

 

A.  CAUSAS

El Feudalismo es un sistema de organización política y económica, que basado en relaciones personales determino un tipo particular de sociedad.

Cuando los pueblos germanos conquistaron en el siglo V el Imperio romano de Occidente pusieron fin al ejército profesional romano y lo sustituyeron por los suyos propios, formados con guerreros que servían a sus caudillos por razones de honor y obtención de un botín. Vivían de la tierra y combatían a pie ya que, como luchaban cuerpo a cuerpo, no necesitaban emplear la caballería. Pero cuando los musulmanes, vikingos y magiares invadieron Europa en los siglos VIII, IX y X, los germanos se vieron incapaces de enfrentarse con unos ejércitos que se desplazaban con suma rapidez. Es así como algunos monarcas cedieron caballos a algunos de sus soldados para repeler las incursiones sobre sus tierras. No parece que estas tropas combatieran a caballo; más bien tenían la posibilidad de perseguir a sus enemigos con mayor rapidez que a pie. No obstante, es probable que se produjeran acciones de caballería en este mismo periodo, al introducirse el uso de los estribos. Con total seguridad esto ocurrió en el siglo XI.

Los caballos de guerra eran costosos y su adiestramiento para emplearlos militarmente exigía años de práctica. Por esto el monarca de Galia, Carlos Martel, con el fin de ayudar a su tropa de caballería, le otorgó fincas (explotadas por braceros) que tomó de las posesiones de la Iglesia. Estas tierras, denominadas `beneficios’, eran cedidas mientras durara la prestación de los soldados. Éstos, a su vez, fueron llamados `vasallos’ (término derivado de una palabra gaélica que significaba sirviente). Sin embargo, los vasallos, soldados selectos de los que los gobernantes Carolingios se rodeaban, se convirtieron en modelos para aquellos nobles que seguían a la corte. Con la desintegración del Imperio Carolingio en el siglo IX muchos personajes poderosos se esforzaron por constituir sus propios grupos de vasallos dotados de montura, a los que ofrecían beneficios a cambio de su servicio. Algunos de los hacendados más pobres se vieron obligados a aceptar el vasallaje y ceder sus tierras al señorío de los más poderosos, recibiendo a cambio los beneficios feudales. Se esperaba que los grandes señores protegieran a los vasallos de la misma forma que se esperaba que los vasallos sirvieran a sus señores.

Esta relación de carácter militar que se estableció en los siglos VIII y IX a veces es denominada feudalismo Carolingio, pero carecía aún de uno de los rasgos esenciales del feudalismo clásico desarrollado plenamente desde el siglo X. Fue sólo hacia el año 1000 cuando el término `feudo’ comenzó a emplearse en sustitución de `beneficio’ este cambio de términos refleja una evolución en la institución. A partir de este momento se aceptaba de forma unánime que las tierras entregadas al vasallo eran hereditarias, con tal de que el heredero que las recibiera fuera grato al señor y pagara un impuesto de herencia llamado `socorro’. El vasallo no sólo prestaba el obligado juramento de fidelidad a su señor, sino también un juramento especial de homenaje al señor feudal, el cual, a su vez, le investía con un feudo. De este modo, el feudalismo se convirtió en una institución tanto política como militar.

La guerra, al contrario de ser un obstáculo para el Feudalismo, provocó el origen de este. Este sistema tampoco fue el responsable del colapso del Imperio Carolingio, más bien el fracaso de éste hizo necesaria la existencia del régimen feudal. La mala administración de imperio Carolingio provocó que este fracasara y con la desaparición de este amenazó consumir a Europa en una situación de anarquía. Bajo la dirección de sus señores feudales, los vasallos pudieron defenderse de sus enemigos, y más tarde crear principados feudales de cierta importancia y complejidad. Una vez que el feudalismo demostró su utilidad local, reyes y emperadores lo adoptaron para fortalecer sus monarquías. El feudalismo alcanzó su madurez en el siglo XI y tuvo su máximo apogeo en los siglos XII y XIII. Su cuna fue la región comprendida entre los ríos Rin y Loira, dominada por el ducado de Normandía.

La guerra fue endémica durante toda la época feudal, pero el feudalismo no provocó esta situación; al contrario, la guerra originó el feudalismo. Tampoco el feudalismo fue responsable del colapso del Imperio Carolingio, más bien el fracaso de éste hizo necesaria la existencia del régimen feudal. El Imperio Carolingio se hundió porque estaba basado en la autoridad de una sola persona y no estaba dotado de instituciones lo suficientemente desarrolladas.

La desaparición del Imperio amenazó con sumir a Europa en una situación de anarquía: cientos de señores individuales gobernaban a sus pueblos con completa independencia respecto de cualquier autoridad soberana. Los vínculos feudales devolvieron cierta unidad, dentro de la cual los señores renunciaban a parte de su libertad, lo que era necesario para lograr una cooperación eficaz. Bajo la dirección de sus señores feudales, los vasallos pudieron defenderse de sus enemigos, y más tarde crear principados feudales de cierta importancia y complejidad. Una vez que el feudalismo demostró su utilidad local reyes y emperadores lo adoptaron para fortalecer sus monarquías.

La Debilidad de los estados romanos germánicos: los reyes le otorgaban a sus jefes fieles tierras y el titulo de conde, marques, o duque a cambio de administren y defiendan esos territorios. La necesidad del régimen militar los reyes le daban tierras a los jefes de armas para criar caballos y entrenarse en el arte de la guerra.

La necesidad de protección de pequeños y medianos empresarios libres que habían quedado sometidos a la arbitrariedad de los poderosos, entregaban su tierra y eran devueltas en carácter de usufructo.

 

B.   LA BURGUESÍA EN EL FEUDALISMO

El crecimiento de las ciudades transformó la sociedad feudal ya que los reyes, nobles y eclesiásticos concedían a sus habitantes libertad personal y una serie de derechos, como celebrar mercados, establecer su gobierno, etc. Ello permitió la formación de un nuevo grupo social no privilegiado, la burguesía, que estaba formado por personas dedicadas al trabajo artesanal y al comercio, que no dependían de ningún señor feudal.

 La base de su riqueza era el dinero que cobraban por su trabajo, por la venta de sus productos o por los beneficios que generaban sus negocios. Según su riqueza, se distinguía la alta burguesía, formada por grandes comerciantes y banqueros, y la pequeña burguesía, que incluía a los maestros artesanos y pequeños comerciantes. Vivían con lujos y comodidades en mansiones tan ricas como las de la nobleza. Además de los burgueses, en las ciudades medievales vivían señores nobles y eclesiásticos quienes, atraídos por la riqueza y actividad de la ciudad, fijaban su residencia (palacios, conventos, iglesias) en ella.

 

 

C.  LA MONARQUÍA EN EL FEUDALISMO

 

Las Monarquías feudales son las monarquías que se desarrollaron en el periodo de la Plena Edad Media en la Europa Occidental, caracterizadas por la imposición de monarquías hereditarias patrimonializadas en fuertes dinastías en el espacio de los reinos que surgen frente a los poderes universales (Papa y Emperador) y como cúspide de las relaciones de vasallaje propias del feudalismo. Su localización en el tiempo se sitúa entre el siglo XI y el siglo XIII. La coincidencia temporal con las Cruzadas y la fase más expansiva de la Reconquista aumentaron el protagonismo de estos reyes, que utilizaron estos procesos para volcar hacia el exterior la necesidad intrínseca del feudalismo por la guerra.

 

El régimen feudal originaba derechos y deberes para señores y vasallos. Los derechos del señor, además de ser soberano en sus tierras, eran:

  • Derecho a exigir al vasallo los días convenidos de servicio militar.
  • Derecho de arriendo, que se pagaba en general en especies: aves, trigo, frutos, etc.
  • Derecho de auxilio o de ayuda pecuniaria al señor cuando casaba a sus hijos, o los armaba caballeros.
  • Derecho exclusivo de caza y pesca en bosques, viveros y lagunas reservadas.
  • Derecho de albergue para hospedarse el señor y su séquito en cualquier casa de vasallo.
  • Derecho de naufragio o de adueñarse de todo cuanto llegaba de un feudo a otro.
  • Derecho de banalidad por el cual sólo los señores podían explotar hornos, lagares, molinos, etc.

En cuanto a los derechos del vasallo, que constituía deberes para el señor, estaban: el derecho de protección en la guerra y en la paz por parte del señor; en la guerra, defender sus campos y moradas del asalto enemigo; albergar en el recinto del castillo a sus familias y haciendas, rescatar a los cayeran prisioneros; indemnizarlos por los daños sufridos y reponer los animales y herramientas arrebatadas por el adversario. En tiempo de paz, el señor aseguraba justicia a sus vasallos, alimentos y vestidos en época de escasez; escuelas, hospitales y leproserías; puentes y calles; amparo y protección y participación en cuanta fiesta popular se efectuara en su mansión.

Cuando se empezaron a crear ciudades más populosas, se originaron los burgueses (ciudad). Estas personas vivían en la ciudad, de ahí su nombre.

Los burgueses que no eran nobles, se enriquecieron gracias a las actividades comerciales e industriales. Al encontrarse las ciudades dentro de los dominios feudales, debían pagar grandes tributos a los señores. Mediante cartas o fueros, los burgueses, compraron a los señores feudales la independencia de los Burgos. No había una ciudad medieval sin mercado. En ella los burgueses se proveían de todos los alimentos y objetos. Los mercaderes y comerciantes traían las mercancías de las aldeas cercanas y de los países lejanos.

 La educación de un caballero consistía que cuando sus hijos cumplían siete años de edad, los vasallos los enviaban al castillo del señor para que fueran educados. La primera etapa en la educación de un caballero era la función de paje, periodo en el cual el muchacho aprendía buenos modales, humildad, cortesía y más tarde a montar a caballo y a cuidar armas y armaduras.

A los 14 años era ascendido a escudero, lo que le permitía al muchacho entrenarse con las pesadas armas de sus amos: lanzas, hachas, espada y maza. Cada escudero servía sólo a un caballero y su obligación era acompañarlo a las batallas y rescatar su cadáver si caía en el combate. A los 21 años se cumplía el gran anhelo de todo muchacho hijo de noble: ser armado caballero. El día antes de la solemne ceremonia, el joven recibía uno de los pocos baños que tomaría en su vida: el de la purificación. En la noche rezaba constantemente hasta despuntar el sol, velando sus armas. En las primeras horas de la mañana era ayudado por sus amigos a colocarse la armadura. Más tarde, inclinado ante su señor, recibía de éste un golpe con el plano de la espada, sobre el hombro izquierdo, mientras se pronunciaban las palabras rituales.

La principal ocupación del caballero era la guerra, sin embargo el Código de Caballería le ordenaba, además, ser cortés, devoto y justiciero. Misión importante era también la de proteger a los débiles.

A comienzos de la Edad Media la armadura consistía sólo en una cota de malla, pero más tarde se iría complicando hasta hacerla tan sólida y pesada que se hizo necesario subir a los jinetes a sus cabalgaduras mediante un ingenioso sistema de correas. Además como era imposible distinguir entre amigos y enemigos, a esos hombres cubiertos totalmente de hierro se comenzó a pintar emblemas y figuras sobre los escudos a fin de identificarse.



 

D.  LOS SEÑORES FEUDALES

 

Los señores feudales eran contratantes que pedían la realización de servicios prometidos a cambio de otros que ellos a su vez habían prometido. Eran los dueños de las tierras, que ofrecían protección a los campesinos a cambio de que ellos trabajaran sus tierras.

Los señores podían ser Laicos (condes, duques, marqueses), Eclesiástico (arzobispos, obispos), era una sociedad de tipo estamentaria.

 El señor feudal elegía a los jueces por decisión y criterios personales. Así se aseguraba su sumisión. El señor feudal trasladaba a sus servidores de un lugar a otro, según su capricho y según su interés. Así se aseguraba que no podrían perjudicarle o agruparse para reclamar la libertad o la justicia.

 El señor feudal adjudicaba a sus amigos cualquier negocio o empleo que produjera beneficios económicos. Así se aseguraba su complicidad.  El señor feudal sabía que nunca debía actuar contra los intereses de los propietarios de la tierra pero que podía jugar con el destino del pueblo. Así se aseguraba el apoyo de los terratenientes.
El señor feudal daba su nombre a las calles y erigía monumentos para su glorificación. Así se aseguraba que se le recordase. Al señor feudal le sucedían sus hijos. Así se aseguraba que la riqueza y el poder no caerían en manos que no llevasen su sangre y protegía sus inversiones.


 

E.   PAÍSES QUE PRACTICARON EL FEUDALISMO

 

El feudalismo comenzó en Francia favorecido por los reyes  carolingios, y pronto se extendió a todos los países europeos (Alemania, Italia, Inglaterra, España…), siendo en Francia e Inglaterra donde se mantuvo con mayor fuerza.

La evolución del feudalismo tuvo un momento decisivo con la capitular de Querzy (año 877), en la cual se concedía el derecho preferente de los hijos de un señor feudal a sucederle en el feudo, quedando establecido como institución mediante consagración, es decir, bendecido por la iglesia, lo que motivó que los eclesiásticos (obispos, abades, monjes…) se integraran en la sociedad feudal, y muchos obispos y abades titulares de señoríos gobernasen como verdaderos señores feudales las diócesis y abadías que recibían de los nobles.

Sobre el año 1.300 las áreas que rodeaban a las ciudades medievales comenzaron a especializarse en productos hortícolas y lácteos; muchas industrias textiles hicieron aparición y la cría de la oveja comenzó a resultar rentable, especialmente en Inglaterra, Lombardía, Augsburgo (Alemania), Flandes, Toscana y Champagne. Las tierras comunales empezaron a cercarse con objeto de criar ovejas para el aprovechamiento de la lana. Muchos feudos, sin embargo, desaparecieron durante el siglo XIV por las grandes epidemias de peste y las guerras que se libraban en Europa; grandes extensiones de tierras de cultivo quedaron abandonadas. Durante esta época gran cantidad de mano de obra se pierde, comienza a expresarse el descontento de los campesinos supervivientes de los feudos, y a materializarse la búsqueda de mejores condiciones de vida.

LAS CRUZADAS

Éstas eran expediciones militares realizadas por los cristianos de Europa occidental, normalmente a petición del Papa, que comenzaron en 1095 y cuyo objetivo era recuperar Jerusalén y otros lugares de peregrinación en Palestina, en el territorio conocido por los cristianos como Tierra Santa, que estaban bajo control de los musulmanes. Los historiadores no se ponen de acuerdo respecto a su finalización, y han propuesto fechas que van desde 1270 hasta incluso 1798, cuando Napoleón I conquistó Malta a los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, una orden militar establecida en esa isla durante las Cruzadas. El vocablo cruzada (de `cruz’, el emblema de los cruzados) se aplicó también, especialmente en el siglo XIII, a las guerras contra los pueblos paganos, contra los herejes cristianos y contra los enemigos políticos del Papado. Por extensión, el término se emplea para describir cualquier guerra religiosa o política y, en ocasiones, cualquier movimiento político o moral. Así, en España, los alzados contra el gobierno republicano en 1936 pronto denominaron a la guerra iniciada por ellos mismos (1936-1939) Cruzada, por considerar que su objetivo era vencer el ateísmo.

 El origen de las Cruzadas está enraizado en el cataclismo político que resultó de la expansión de los Selyúcidas en el Próximo Oriente a mediados del siglo XI. La conquista de Siria y Palestina llevada a cabo por los Selyúcidas islámicos alarmó a los cristianos de occidente. Otros invasores turcos también penetraron profundamente en el igualmente cristiano Imperio bizantino y sometieron a griegos, sirios y armenios cristianos a su soberanía. Las Cruzadas fueron, en parte, una reacción a todos estos sucesos. También fueron el resultado de la ambición de unos papas que buscaron ampliar su poder político y religioso. Los ejércitos cruzados fueron, en cierto sentido, el brazo armado de la política papal.

 En un esfuerzo por entender por qué los cruzados las llevaron a cabo, los historiadores han apuntado como razones el dramático crecimiento de la población europea y la actividad comercial entre los siglos XII y XIV. Las Cruzadas, por tanto, se explican como el medio de encontrar un amplio espacio donde acomodar parte de esa población en crecimiento; y como el medio de dar salida a las ambiciones de nobles y caballeros, ávidos de tierras. Las expediciones ofrecían, como se ha señalado, ricas oportunidades comerciales a los mercaderes de las pujantes ciudades de occidente, particularmente a las ciudades italianas de Génova, Pisa y Venecia.

 Aunque estas explicaciones acerca de las Cruzadas quizá tengan alguna validez, los avances en la investigación sobre el tema indican que los cruzados no pensaron encontrarse con los peligros de enfermedades, las largas marchas terrestres y la posibilidad de morir en combate en tierras lejanas. Las familias que quedaron en Europa tuvieron que combatir en muchas ocasiones durante largos periodos de tiempo para mantener sus granjas y sus posesiones. La idea de que los cruzados obtuvieron grandes riquezas es cada vez más difícil de justificar; la Cruzada fue un asunto extremadamente caro para un caballero que tuviera el propósito de actuar en Oriente si se costeaba por sí mismo la expedición, ya que probablemente le suponía un gasto equivalente a cuatro veces sus ingresos anuales. Sin embargo, a pesar de ser una empresa peligrosa, cara y que no daba beneficios, las Cruzadas tuvieron un amplio atractivo para la sociedad contemporánea. Su popularidad se cimentó en la comprensión de la sociedad que apoyó este fenómeno. Era una sociedad de creyentes, y muchos cruzados estaban convencidos de que su participación en la lucha contra los infieles les garantizaría su salvación espiritual. También era una sociedad militarista, en la que las esperanzas y las ambiciones estaban asociadas con hazañas militares.

  • La Primera Cruzada (1095-1099): Las Cruzadas comenzaron formalmente el jueves 27 de noviembre de 1095, en un descampado a extramuros de la ciudad francesa de Clermont-Ferrand. Ésta fue la única que logró su objetivo. Un poderoso ejército, al mando de 4 caballeros noble, entre lo cuales estaba Godofreo de Bouillón. Algunos cruzados atravesaron por las montañas de Gracia, mientras que otros elegían la ruta más fácil, del valle del Danubio. Después de tres año de penurias y de algunas e4scaramuzas con los turcos, avistaron finalmente Jerusalén. Aquellos aguerridos hombre se arrodillaron y lloraron de emoción. Hicieron una extraña procesión, guiados por los sacerdotes, igual que los hebreos de Jericó, caminaron alrededor de la ciudad, rezando y cantando. Esperaba que Dios hiciera un nuevo milagro destruyendo las murallas de Jerusalén. Al cabo de nueve días no pasó nada, por lo que atacaron la ciudad, saltando murallas y después de 40 días de lucha lograron entrar, masacrando a sus enemigos. El reino de Jerusalén fue ofrecido a Godofreo, quien se negó a recibir la corana en la ciudad en que Jesús había sido coronado con espinas, sólo aceptó el titulo de procurador del Santo Sepulcro. Después de esta victoria, la mayoría de los caballeros regresó para defender el territorio el conquistado y proteger a los peregrino. Se construyeron las órdenes militares-religiosas, compuestas por monjes guerrero. Tales órdenes fueron la de los Hospitalarios, Templarios y la de los Teutónicos o Alemanes.
  • Segunda y Tercera Cruzada: La segunda fue predicada por San Bernardo y emprendido por Luis VII rey de Francia y Conrado III de Alemania. Fracasó en Asia menor en 1146 a 1148. los bizantinos no prestaron colaboración. La tercera cruzada emprendida en los años 1189 a 1192, se llama de los reyes, porque al inversa de la primera fue hecha por tres monarcas: el emperador Federico Barbaroja y los reyes Felipe Augusto (Francia), y Ricardo Corazón de León (Inglaterra). Esta expedición se hizo necesaria porque Jerusalén y la reliquia de la verdadera cruz acababan de caer en manos del sultán de Egipto, Saladino, con lo cual peligraba el prestigio cristiano en oriente. En esa expedición el papel principal era para el rey inglés. Federico Barbaroja se dirigió por tierra a la ciudad santa. Por el camino se encontró con varios obstáculos y al llegar a Siria casi se ahoga en un río, esto dio pie a que se desbandaran algunas tropas las que se juntaron con las del rey Ricardo y el rey Felipe que estaba iniciando sitio en la ciudad de San Juan de Acre. Estando ahí se estalló una pugna entre ellos y el rey Felipe decidió abandonar la misión, dejando al rey ingles solo. Desde allí el apodo de: Corazón de León, por su valentía y coraje. Aunque no logró reconquistar Jerusalén, obtuvo por lo menos de Saladino el derecho para los cristianos de visitar el Santo Sepulcro con relativa seguridad.
  • Cuarta Cruzada (1202-1204): Ésta ni siquiera llegó a tierra santa. Los caballeros fueron persuadidos por comerciantes para que atacaran la rica ciudad de Constantinopla. Su primera intención fue saquear la ciudad y con el botín financiar la expedición. Pero al empezar el saqueo olvidaron su idea y se quedaron en Constantinopla . El fracaso de esta cruzada demuestra que la actitud del hombre medieval estaba cambiando. Nuevos intereses hizo que la religión pasara a segundo plano y que lo material fuera más importante. Además, como los turcos eran buenos guerreros, enfrió el entusiasmo de los nobles.
  •  Quinta y Sexta Cruzada (1217-1229): Encabezada por el rey Andrés de Hungría, y duques y señores de otros territorios , no lograron su objetivo, lo mismo que con la sexta dirigida por el Emperador Federico II, aunque logró que los turcos permitieran el paso a los peregrinos para visitar los Santos Lugares.
  •  Séptima y Octava Cruzada (1248-1291): En la Séptima las tropas fueron derrotadas y el rey hecho prisionero (San Luis de Francia), este tuvo que comprar su libertad y el de su séquito. Quince años después, San Luis; junto a su hermano , desembarcaron en Túnez logrando algunos éxitos, pero estalló la peste de la cual fue víctima el Santo Rey. En 1291 cayó el último bastión cristiano: San Juan de Acre finalizando así aquella larga con tienda.

Las cruzadas no consiguieron su objetivo de lograr liberar Tierra Santa, pero tampoco pueden ser consideradas inútiles. Al abandonar su aislamiento y entrar en contacto con otra civilización, el hombre del medioevo cambio su modo de vida. Las cruzadas estimularon el uso del dinero, pues era molesto viajar con sacos de grano o con animales, se terminó el trueque y usaron las monedas. Pero quizás lo más importante de todo fue que esta serie de guerras debilito el poder de los señores feudales, fortaleciéndose, por lo tanto, la monarquía y permitiendo que entrara en escena la burguesía.

 


 

CONCLUSIÓN

 

 Por medio de la realización de este trabajo he podido conocer algunos de los detalles importantes que se llevaron a cabo durante el desarrollo del feudalismo; algunas de las causas que lo motivaron a crecer, como las guerras que aumentaban y le daban fuerzas cada día al feudalismo.

Estos factores y muchos más produjeron esta organización política, social dominada por los señores feudales sobre los vasallos en un intercambio de tierras por protección. Esta organización dio su fin con el inicio de la revolución industrial.


 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Libros:

  •  (1979). Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo. Madrid: Siglo XXI.
  • . (1961) La sociedad feudal. Editorial Akal, Madrid. Edición de 1987.
  •  (1977). Señorío y feudalismo en la edad media. Madrid: EDAF.
  •  (1964) Feudalismo. Edición de 1985. Ariel, Barcelona.
  •  (1984). Estructuras feudales y feudalismo en el mundo mediterraneo (siglos X-XIII).

 

Sitios Web:

  • http://www.monografias.com/trabajos4/feudal/feudal.shtml
  • http://www.fortunecity.es/imaginapoder/humanidades/587/feudalismo.htm
  • http://html.rincondelvago.com/feudalismo_6.html

 

 

 

Citar este texto en formato APA: _______. (2012). WEBSCOLAR. El Sistema Feudal. https://www.webscolar.com/el-sistema-feudal. Fecha de consulta: 25 de April de 2024.

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