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El cerebelo

INTRODUCCIÓN

 

El cerebelo desde hace tiempo se llama el área silenciosa del encéfalo, principalmente porque la excitación eléctrica de esta estructura no provoca ninguna sensación, y raramente movimientos motores. Sin embargo, como veremos, la extirpación del cerebelo hace que los movimientos motores se tornen extremadamente anormales.

 

El cerebelo resulta especialmente vital para el control de actividades musculares rápidas, como correr, escribirá máquina, tocar el piano, incluso hablar. La pérdida de esta zona del encéfalo puede destruir cada una de estas actividades, aunque sin provocar parálisis de los músculos.

 

Pero ¿cómo es que el cerebelo puede tener tanta importancia si no tiene el control directo sobre la contracción muscular? La contestaciones que vigila y establece ajustes correctores de las actividades motoras desencadenadas por otras partes del encéfalo. Recibe continuamente información actual de las partes periféricas del cuerpo, para determinar el estado instantáneo de cada uno de sus áreas – su posición, su ritmo de movimiento, las fuerzas que actúen sobre él, etc.

 

El cerebelo compara el estado físico actual de cada parte del cuerpo según indica la información sensorial, con el estado que intenta producir el sistema motor. Si los dos no se comparan favorablemente, de manera instantánea se trasmiten señales correctoras adecuadas hacia el sistema motor, para aumentar o disminuir la actividad de músculos específicos.

 

RELACIONES ANATOMICAS 

El cerebelo (metencéfalo) se encuentra en la parte posterior del cráneo en la región del encéfalo conocida como fosa craneana posterior, por debajo de los hemisferios cerebrales. El cerebelo es un órgano impar y simétrico ubicado.

 

Al igual que la corteza cerebral, está compuesto de sustancia gris con células amielínicas en la parte exterior y de sustancia blanca con células mielínicas en el interior. Consta de dos hemisferios (hemisferios cerebelosos), con numerosas circunvoluciones, conectados por fibras blancas que constituyen el vermis. Tres bandas de fibras denominadas pedúnculos cerebelosos conectan el cerebelo con el tronco cerebral. El cerebelo se une con el mesencéfalo por los pedúnculos superiores, con el puente de Varolio o protuberancia anular por los pedúnculos medios y con el bulbo raquídeo por los pedúnculos inferiores.

 

Se compone fundamentalmente de tres porciones: un medio denominado vermis y dos laterales o hemisferios cerebelosos. El vermis se presenta  en todos los vertebrados, en tanto que los hemisferios cerebelosos aparecen recién en los primates y adquieren su mayor desarrollo en el hombre.

 

El cerebelo se halla conectado con las demás estructuras del sistema nervioso central, por medio de los pedúnculos cerebelosos que se componen de fibras aferentes y eferentes. La corteza del cerebelo tiene una estructura uniforme, con un centro de sustancia blanca en forma de ramas de un árbol, denominado árbol de la vida y una zona periférica de sustancia gris.

 

Las investigaciones fisiológicas demuestran que las actividades que ocurren son idénticas en todas las regiones; por ende, no existe una localización funcional en la corteza cerebelosa.

 

La función esencial del cerebelo radica en la coordinación de toda la actividad muscular, refleja y voluntaria. El cerebelo resulta esencial para coordinar los movimientos del cuerpo. Es un centro reflejo que actúa en la coordinación y el mantenimiento del equilibrio. El tono del músculo voluntario, como el relacionado con la postura y con el equilibrio, también es controlado por esta parte del encéfalo. Así, toda actividad motora, desde jugar al fútbol hasta tocar el violín, depende del cerebelo.

 

Por tamaño ocupa el segundo puesto entre las estructuras que componen el cerebro, se sitúa dorsalmente al tronco y caudalmente a la porción dorsal del encéfalo, es impar y medio, pesa de 135 a 145 grs, deriva del metencéfalo, situándose en la línea media, adoptando forma ovoidea cuyo eje mayor es transversal. Se aloja en el compartimiento craneal que lleva su nombre, la fosa cerebelosa, limitada por el occipital por su parte dorsal y por la cara cerebelosa del peñasco del temporal por su parte caudal y ventral.

 

La tienda del cerebelo, que es un repliegue de la dura madre (estuche meníngeo), cubre al cerebelo separando a este de la parte occipital del cerebro. Por la parte caudal está aislado de la pared ósea, por otra hoja de las meninges, es la hoz del cerebelo.

 

Este cuerpo del cerebelo, tiene paralelamente al anterior otro surco: la cisura prepiramidal (en la cara caudal), por delante de ella se forma el lóbulo posterior y por detrás de este surco prepiramidal (y del propio lóbulo posterior) se forma el lóbulo medio. El cuál (lóbulo medio), en su cara craneal, presenta otro límite: la cisura prima, por encima de la cual se forma el lóbulo ventral. Esta cisura prima corta también el vermix. Es decir, la cara craneal queda dividida en dos lóbulos por la cisura pirma, el lóbulo ventral (más craneal) y el lóbulo medio (más dorsal).

 

Estos lóbulos han aparecido según las leyes de la escala filogenética; así el nódulo fonicular es el más primitivo, es por tanto el archicerebelo. En fase posterior aparece el paleocerebelo que corresponde al lóbulo ventral y al dorsal. Por último el lóbulo más reciente es el medio, se conoce como neo-cerebelo.

 

El cerebelo se comunica con el cerebro a través de unos cordones de fibras llamadas pedúnculos superiores, con la protuberancia anular por los pedúnculos medios y con el bulbo raquídeo por los pedúnculos inferiores.

 

La sustancia gris contiene células en las cuales se originan fibras que van a formar sinapsis con los que provienen de otras partes del encéfalo y que penetran al cerebelo.

 

FUNCIONES DEL CEREBELO

La función primordial del cerebelo está relacionada con la coordinación de la actividad somática motora, la regulación del tono muscular y los mecanismos que mantienen el equilibrio. Las vías cerebelosas aferentes  conducen los impulsos de una diversidad de receptores, incluyendo los órganos especiales de los sentidos, pero la mayor atención se ha concentrado en los sistemas aferentes cerebelosos que transmiten impulsos del laberinto y de los receptores al estiramiento en los músculos y tendones. El cerebelo no está relacionado con la apreciación consciente de la sensibilidad muscular, articular y tendinosa, o de cualquier otra modalidad específica. El cerebelo recibe múltiples impulsos procedentes de los receptores al estiramiento por medio de los haces cuneocerebeloso y espinocerebeloso, mientras que escasos impulsos de éstos mismos receptores son proyectados a la corteza cerebral.

 

En general, se acepta que los receptores musculares desempeñan un papel en la percepción consciente del “sentido de posición”. Su función primordial, sería el control nervioso inconsciente del tono muscular durante el movimiento y la contracción continua. Los receptores musculares proporcionan al cerebelo la información relacionada con el estado de los músculos. El cerebelo parece formar parte de un mecanismo nervioso que suministra influencias de control y regulación para la ejecución de alteraciones graduales de la tensión muscular, con el objeto de mantener el equilibrio y la postura y asegurar la secuencia correcta de la contracción muscular.

 

Cada movimiento requiere la acción conjunta y coordinada de un grupo de músculos. Aquel músculo que proporciona el movimiento efectivo de un segmento, es llamado agonista, mientras que aquel que se relaja para permitir el movimiento es denominado antagonista. Así mismo es necesario la acción de otros músculos que son responsables de inmovilizar las articulaciones vecinas para que el movimiento logrado sea el esperado.

 

Las unidades sinérgicas deben tener una inervación recíproca compleja. El cerebelo es el órgano más importante involucrado en la regulación automática delicada. Desempeña una función integral en las actividades simples y complejas de la musculatura esquelética. El cerebelo es el encargado de proveer los estados de tensión óptimos para todos los músculos tanto durante el reposo como durante la actividad. El cerebelo trabaja de una manera eficiente en el mantenimiento de la postura, la marcha, la posición de pie y la carrera, así como en la ejecución de movimientos discretos y a menudo complejos de los miembros o de los dedos.

 

LAS AFERENCIAS

Una vía aferente importante y extensa es la vía cortico-cerebelosa que nace en la corteza motora y pasa, siguiendo los núcleos protuberanciales y los haces pontocerebelosos, directamente a la corteza del cerebelo. Además las vías aferentes importantes nacen del tallo cerebral.

 

SOMATOS SENSORIALES 

las áreas somatosensoriales primarias de la corteza cerebral, es un gráfico donde se representan las zonas del córtex humano donde se reconocen, organizan e integran las sensaciones provinientes de las distintas partes del cuerpo. Como puede observarse, no todas las partes el cuerpo requieren de la misma “cantidad” de corteza especializada.

Las áreas somestésicas o áreas de la sensibilidad general, se localizan en la circunvolución central posterior. En esta zona se registran las sensaciones de calor, frío, tacto, presión, dolor y la sensibilidad propioceptíva (sentido de la posición y equilibrio muscular). Cada circunvolución recibe las sensaciones procedentes del lado opuesto del organismo. La disposición de las partes del cuerpo representadas en la circunvolución sigue también un orden inverso, de manera que las áreas sensitivas de los pies se localizan en el extremo superior del córtex, mientras que las áreas para la cabeza ocupan el extremo inferior.

 

El sistema somatosensorial informa, mediante sus receptores distribuidos por todo el organismo, sobre la posición y el movimiento de las partes del cuerpo entre sí y en relación a su base de soporte. Esta información es muy precisa sobre los movimientos rápidos, como por ejemplo las modificaciones bruscas de la posición de las articulaciones en respuesta a perturbaciones de la superficie de soporte de los pies. Estas informaciones contribuyen a mantener el tono muscular y desencadenan la mayor parte de los reflejos somáticos que mantienen el equilibrio, unas veces actuando como único receptor y normalmente tras la integración de sus informaciones con las de los otros dos recetores de la tríada.

 

SOMATOSENSORIALES VESTIBULARES Y CORTICALES CON SUS FUNCIONES

Existe una estrecha relación entre la corteza cerebral y los ganglios basales tanto en relación a ciertos tipos de movimientos (de las extremidades, de los ojos) como en relación a conductas cognitivas complejas. Esta relación se expresa a través de diferentes circuitos neuronales entre ambas regiones.

 

Uno de esos circuitos es la vía cortico-estriatal. Se inicia en las regiones de la corteza cerebral que se relaciona con el control de los movimientos (área motora suplementaria, corteza premotora, corteza motora, corteza somato-sensorial) y se dirige a la porción motora del putamen en forma de una vía topográficamente organizada. Desde el putamén salen vías destinadas al globus palidus, a la substancia nigra, al núcleo subtalámico y al tálamo. Desde este núcleo (núcleos ventrales anteriores y laterales del tálamo) vuelve el circuito al área motora suplementaria y al área premotora. Hay así definida una organización de realimentación (feedback) en este circuito.

 

Las dos cortezas motoras mencionadas están conectadas entre sí y con la corteza motora. Desde estas tres regiones se originan vías que bajan a los centros motores del tronco cerebral y de la médula espinal. Se asume que a través de esta vía los ganglios básales modifican el movimiento y la postura corporal.

 

En este circuito, a pesar de que existen semejanzas entre las neuronas de la corteza cerebral y las de los ganglios básales, estas últimas presentan características propias que sugieren, para ellas, algunos papeles específicos en la regulación del movimiento:

 

  • en algunos tipos de movimientos, de seguimiento visual, alguna neuronas de los ganglios básales inician sus descargas con posterioridad a las de la corteza cerebral.
  • en el putamen, algunas neuronas parecen estar selectivamente relacionadas con la dirección del movimiento de las extremidades y no con la contracción de los músculos.

Por ello se ha sugerido que los ganglios básales no se relacionan con la iniciación de los movimientos. Más bien, los ganglios básales se relacionarían con el procesamiento de la información necesario para la planificación y activación de los movimientos o con la regulación de los ajustes posturales que se necesita en relación a esos movimientos.

 

El SV es un elemento tan específico del sistema del equilibrio que se le ha denominado “órgano del equilibrio”, pero esta denominación tiene tan sólo un fondo una admiración por él, más que una base firme y real.

 

Cave destacar que, de la tríada de receptores sensoriales en relación con el equilibrio, el SV es el receptor de información más específico de la función equilibrio, ya que, si bien los tres contribuyen a esta función, los otros dos receptores, propioceptivo y visual, tienen además otras funciones.

 

El papel del SV se puede resumir en tres funciones necesarias para el mantenimiento del equilibrio:

  • Formación de la sensación de orientación espacial.
  • Mantenimiento del equilibrio corporal reflejo en reposo y movimiento.
  • Estabilización de la cabeza y de las imágenes retinianas.

los receptores-captadores laberínticos son estimulados por la fuerza de la gravedad y por el movimiento cefálico: aceleraciones lineales (otolitos), angulares y rotatorias (canales semicirculares). Transforma los estímulos proporcionados por estos movimientos en impulsos nerviosos que son transmitidos hasta los NV del tronco cerebral.

 

Los tres pares de canales se disponen dentro del peñasco en planos aproximadamente perpendiculares entre sí, correspondiéndose cada par con un plano del espacio, de tal forma que cualquier movimiento cefálico estimula a alguno de los tres pares y el resultado es la percepción del movimiento cefálico en las tres direcciones del espacio. La combinación de los dos sistemas, canales y atolitos, asegura la captación de los movimientos cefálicos en todas las posibles direcciones del espacio en cada momento. Ahora bien, esta detección de los movimientos cefálicos tiene ciertas limitaciones, como más adelante se explica al exponer el funcionamiento de las corrientes endolinfáticas. Estas limitaciones son la incapacidad de detectar movimientos lentos de la cabeza a velocidades constantes en el plano horizontal y la incapacidad de distinguir la inclinación de la cabeza de una aceleración lineal. Por tanto hay ciertos desplazamientos importantes que pueden no ser detectados por el SV.

Estas informaciones de movimiento discurren por los circuitos propioceptivos vestibulares, siendo su objetivo principal que el SNC pueda desarrollar una sensación o conocimiento subjetivo de la posición de la cabeza en el espacio (orientación espacial).

Además de a nivel del hipotálamo, la integración más elevada de las diferentes actividades vegetativas tiene lugar también en zonas determinadas de la corteza cerebral, de las cuales las más importantes son la parte del lóbulo frontal, colocada por delante de la zona cortical motora, y el denominado sistema límbico.

 

La primera regula las funciones vegetativas (vasomotoras, sudorales, etc.) que acompañan a la actividad motora de los músculos esqueléticos y toma parte incluso en los procesos de integración recíproca entre actividad vegetativa y psíquica.

 

En el sistema límbico tiene lugar una integración entre el estado emocional y las determinadas funciones vegetativas (motilidad gástrica, emisión de orina y heces, constancia en la presión arterial, etc.).

 

EL EQUILIBRIO

 

El cerebro es el órgano encargado de lograr una armonía total de la función equilibratoria. Actúa como rector-codificador de todas las señales recibidas, poseyendo una capacidad que excede las magnitudes de las computadoras más potentes. En él se integran infinitas aferencias provenientes de absolutamente todos los elementos anatómicos del equilibrio.

 

Su función equilibratoria se realiza en diversas áreas cerebrales específicas del SNC situadas en la corteza parietal y temporal, donde se integran los impulsos informativos sensoriales que recibe de todos los sentidos. Hay una preponderancia hemisférica derecha. A pesar de la diversidad y complejidad de estos impulsos, consigue integrarlos en una única y significativa configuración para que el individuo tenga conciencia de su orientación espacial. Estas áreas, a su vez, se interconectan entre sí por intrincadas redes neuronales. Basándose en toda la información que recibe, realiza estas funciones en relación con el equilibrio:

▪          Hace que el individuo tenga conciencia témporoespacial, es decir se sienta orientado, pudiendo sentirse equilibrado o desequilibrado. La orientación espacial es una capacidad fundamental para cualquier animal y es un requisito previo para el control postural, la locomoción y la relación con el ambiente. Permite tener la percepción, o sensación consciente, de los movimientos y actitud corporal. La conciencia témporoespacial se ubica en la circunvolución parietal ascendente. Esto los realiza el SNC mediante su capacidad de interpretación e integración de cada señal recibida para elaborar una síntesis informativa.

▪          El SNC mediante su capacidad de realiza una interpretación rápida y fiable de la información multisensorial que recibe va elaborando mediante el adecuado aprendizaje unos esquemas sensorio motores a aplicar en cada situación que el equilibrio lo requiera. No obstante, en determinadas situaciones (como la cinetosis por ejemplo) no puede prevenir que se produzcan interpretaciones erróneas en la interpretación de la orientación espacial. Lo que esto significa es que la orientación espacial es una tarea difícil a pesar de la información multisensorial recibida y del aprendizaje.

▪          Controla todos los centros del equilibrio coordinándolos, modificando su actividad en sentido positivo o negativo. Mediante este control interviene en la regulación y control del tono corporal.

▪          Desarrollo de mecanismos de adaptación – compensación correctores de las desviaciones corporales producidas a partir de la última postura deseada, tanto en reposo, como durante el movimiento corporal. La interpretación rápida y fiable de toda la información multisensorial que recibe necesita un aprendizaje, pero todavía es mal conocido como el cerebro realiza la organización de mecanismos y esquemas neurológicos por los que regula el equilibrio y como los almacena. Es conocido que estos mecanismos de adaptación central son los que permiten al sistema del equilibrio autorregularse y autocorregirse, ya que a nivel central existe la capacidad de evaluar las respuestas a las órdenes dadas,  tanto en circunstancias normales como en las sensorialmente conflictivas y en las patológicas.

El SNC participa ejerciendo un control en todas las reacciones del equilibrio, sean reflejas o voluntarias. Estas reacciones pueden materializarse en la combinación de funciones motoras de supresión, habituación o anticipación para contrarrestar efectos indeseados, recalibración de impulsos sensitivos y estabilización inespecífica. Por ejemplo, el componente lento del nistagmo es admitido que tiene un origen laberíntico, pero su coordinación está controlada por estructuras centrales supranucleares.

 

COORDINACIÓN MOTORA Y MUSCULAR (PROGRAMACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS)

 

Función del cerebelo en el control de los movimientos

El cerebelo actúa en el control motor sólo en relación con las actividades motoras que se inician en alguna otra parte del sistema nervioso. Pueden originarse en la médula espinal, la formación reticular, los ganglios básales o en áreas motoras de la corteza cerebral.

 

Función del cerebelo con la médula espinal y el tallo encefálico inferior para controlar los movimientos posturales y de equilibrio.

 

El cerebelo es especialmente importante para controlar entre las contracciones de los músculos agonistas y antagonistas durante los cambios rápidos de posición del cuerpo dictados por los aparatos vestibulares. Es imposible que en cualquier instante determinado durante el movimiento rápido el cerebro conozca la posición exacta de las distintas partes del cuerpo. Con los circuitos neuronales apropiados sería posible que el cerebelo o alguna otra porción del cerebro conocieran la rapidez y la dirección en que se movía una parte del cuerpo de 15 a 20 milésimas de segundo antes y a partir de esta información entonces predijeran la posición que deben tener las partes del cuerpo en ese momento. Al parecer, ésta es una de las principales funciones del cerebelo.

 

Los circuitos neuronales del cerebelo, hay una abundancia de vías sensoriales de las áreas somáticas del cuerpo, que llegan al tallo encefálico y a las áreas más antiguas del cerebelo a los lóbulos floculonodulares a través de los núcleos vestibulares y al vermis y las áreas intermedias del cerebelo a través de los haces espinocerebelosos.

 

Un componente importante del control cerebeloso de la postura y el equilibrio es el gran cúmulo de información transmitida de los husosmusculares al cerebelo a través de las haces espinocerebelosos dorsales. Las señales son transmitidas al tallo encefálico a través de los núcleos cerebelosos del techo para estimular las fibras eferentes gamma, que inervan los propios haces musculares. Utiliza señales que pasan en su totalidad hasta el cerebelo y regresan nuevamente a los músculos. Se piensa que es a través de esta vía de retroalimentación como ocurren muchos de los ajustes posturales del cuerpo.

 

Función del cerebelo en el control muscular voluntario

Existen circuitos de retroalimentación casi completamente independientes entre la corteza motora y el cerebelo. La mayoría de las señales de este circuito pasan de la corteza motora a los hemisferios cerebelosos y sucesivamente regresan de nuevo a la corteza motora, a través de los núcleos dentados y los núcleos ventrolaterales del tálamo. Estos circuitos no participan en el control de la postura. Es razonable pensar que le cerebelo funciona en relación con el control cortical en dos formas: 1) los circuitos de retroalimentación directos de la corteza motora sin incluir retroalimentación periférica, y 20 por retroalimentación similar pero modificándose las señales de regreso del cerebelo por información condicionada recibida de la periferia del cuerpo.

 

Control cerebeloso por retroalimentación de la función motora cortical

La corteza motora trasmite señales a la periferia para causar una función motora, pero al mismo tiempo transmite esta información al cerebelo. Entonces el cerebelo compara las “las intenciones” de la corteza con “actuación” de las partes corporales; en caso que están o corresponda con aquéllas, calcula el “error” entre ambas para poder llevar a cabo las correcciones apropiadas de inmediato.

 

La corteza motora manda muchos más impulsos que los que se necesitan para realizar cada movimiento, y el cerebelo debe inhibir la corteza motora en el momento apropiado cuando el músculo ha empezado a moverse. El cerebelo aprecia automáticamente la velocidad del movimiento y calcula el tiempo que se necesitara para alcanzar el punto deseado. Luego se trasmiten a la corteza motora los impulsos correspondientes, que inhiben los músculos agonistas y activan los antagonistas. En esta forma, se dispone de un “freno” adecuado para detener el movimiento en el punto preciso.

 

Se han realizado experimentos que han demostrado dos características importantes del sistema de retroalimentación del cerebelo:

 

  1. Aprender la inercia del sistema es función importante del mecanismo cerebeloso de retroalimentación, aunque es probable que este aprendizaje tenga lugar en la corteza cerebral más bien que en el cerebelo.
  2. Cuando se realiza un movimiento rápido hacia cierto punto, los músculos agonistas se contraen violentamente durante la primera parte del movimiento, luego, de repente, poco tiempo antes que se alcance el punto en cuestión, los músculos agonistas se inhiben completamente, mientras se excitan considerablemente los antagonistas. Cuanto más rápido sea el movimiento y mayor la inercia, más temprano será el punto de inversión del curso del movimiento. La activación de los músculos antagonistas cerca del final de un movimiento es función enteramente automática y subconsciente, y de ninguna manera constituyente una contracción “voluntaria” similar a la contracción inicial del músculo agonista.

 

LAS LESIONES

 

Cerebelitis

Etiología: se trata de un proceso similar a la encefalitis, pero limitado al cerebelo, de origen infeccioso; por regla general virósico y que puede presentarse en forma primaria o complicar el curso de una enfermedad infecciosa. Pronóstico: benigno, retroceden las manifestaciones, aunque con cierta lentitud. Tratamiento: antibióticos del grupo de las tetraciclinas y vitaminas B1 y B6. Glucocorticoides manejados con cautela.

 

Absceso del cerebelo

Etiología: es una colección supurada unilocular o multilocular, simple o múltiple, constituida en el interior del cerebelo y generalmente motivada por lesiones supuradas del oído y la mastoides. Evolución y tratamiento: similar al del absceso cerebral.

 

Afecciones vasculares

Etiología: consisten fundamentalmente en la hemorragia y el reblandecimiento del cerebelo  por lesiones de las arterias cerebelosas, o en la insuficiencia circulatoria vertebrobasilar.

 

Atrofias cerebelosas

a)      Atrofia olivopontocerebelosa de Déjerine y Thomas: se caracteriza por la atrofia de las olivas bulbares, los núcleos del puente, los pedúnculos cerebelosos medios y la corteza cerebelosa. Se instala progresivamente un síndrome cerebeloso: ataxia, asinergia, temblor, disartria, dismetría. Tiene un curso progresivo llevando a la muerte en pocos años.

 

b)     Atrofias cerebelosas tardías: se caracterizan por aparecer en sujetos de 60 años   promedio. La anatomía patológica muestra atrofia de la corteza cerebelosa predominantemente. Se traducen clínicamente por transtornos del equilibrio y de la marcha de tipo atáxica, temblor y disartria.

 

CONCLUSIÓN

 

Al hacer este trabajo me di cuenta que el cerebelo a parte detener funciones que intervienen en el equilibrio; tiene funciones muy importantes que ayudan a percibir nuestro mundo alrededor. Aparte de esto me ha permitido conocer aún más sobre el sistema del equilibrio. En un individuo con salud normal, nuestros sistemas propioceptivos y el sistema vestibular trabajan juntos en armonía con el cerebro. Pero este sistema puede fallar provocando desórdenes a nivel vestibular, sólo con faltarle información de un sistema sensorial, algunas personas se dan cuenta otras no.

 

En conclusión pienso que el cerebelo es un órgano que ha sido muy poco estudiado y pienso que el cerebelo todavía tiene muchas funciones aún no conocidas por los expertos. Además el cerebelo es un órgano muy importante ya que con el cerebelo podemos lograr varias actividades cotidianas como correr, escribir máquina, tocar el piano e incluso hablar.

 

A la mejor en unos años más se pueda hacer un estudio amplio sobre el cerebelo, para que se logren aclarar las verdaderas funciones del Cerebelo.

 

RECOMENDACIONES

– Controlar y evaluar constantemente los factores de exposición a agentes que produzcan daño o deterioro al sistema nervioso.

– Preocuparnos de las condiciones y la higiene que existe en lugar de trabajo. Que sean agradables y saludables.

– Crear conciencia desde gerencia hasta el último de los trabajadores de la importancia de controlar los eventos que puedan producir un daño, tangible o intangible, al sistema nervioso.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

Romer. Anatomía comparada, Interamericana, México, 1983

Gutiérrez Cirlos, Principios de Anatomía, fisiología e higiene, Uteha Noriega Editores

Guyton, A.C., Fisiología Humana, Interamericana, S.A., segunda edición, 1964

Quiroz Gutiérrez, Fernando, Tratado de anatomía humana, Porrúa, S.A., quinta edición, 1985

Kathleen J. W. Wilson, Editorial El manual moderno, 1994

Diccionario Enciclopédico Ilustrado. Editorial Occidente, 1989

 

ANEXO

 

cerebelo

 

 

 

Citar este texto en formato APA: _______. (2012). WEBSCOLAR. El cerebelo. https://www.webscolar.com/el-cerebelo. Fecha de consulta: 2 de May de 2024.

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