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La motivación y sus herramientas para lograr su proceso de aprendizaje

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INTRODUCCION

La motivación no es una variable observable, sino un constructo hipotético, que inferimos a partir de las manifestaciones de la conducta, y esa inferencia puede ser acertada o equivocada. El alumno es un sujeto activo del aprendizaje. Si el aprendizaje es significativo, es que existe una actitud favorable por parte del alumno lo que quiere decir que existe motivación.

La motivación es concebida, a menudo, como un impulso que parte del organismo, como una atracción que emana del objeto y actúa sobre el individuo. El psicólogo la considera como el aspecto dinámico de la relación de un sujeto con el mundo. La motivación concierne a la dirección activa de la conducta hacia ciertas categorías preferenciales de situaciones o de objetos. Young (1961) la considera como el proceso para despertar la acción, sostener la actividad en progreso y regular el patrón de actividad.

La motivación es la fuerza que nos mueve a realizar actividades. Estamos motivados cuando tenemos la voluntad de hacer algo y, además, somos capaces de perseverar en el esfuerzo que ese algo requiera durante el tiempo necesario para conseguir el objetivo que nos hayamos propuesto.Uno de los aspectos más relevantes de la motivación es llegar a un comportamiento determinado y preexistente del alumno y que ese comportamiento tenga que ver con su futuro, es decir, el profesor ha de propiciar que al estudiante controle su propia producción y que el aprendizaje sea motivante, esto es muy complejo.

Este trabajo tiene como objetivo dar a conocer algunos de las formas como la motivación, es una de las herramientas más importantes que posee el profesor para que los estudiantes logren el aprendizaje.

Comentaré sobre los tipos de motivaciones en el aula, las formas de utilización, el rol del docente al emplear esta herramienta.

1. CONCEPTO DE LA MOTIVACION

La palabra motivación deriva del latín motivus, que significa causa del movimiento. La motivación puede definirse como el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerlo. La motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta

El término motivación hace alusión al aspecto en virtud del cual el sujeto vivo es una realidad autodinámica que le diferencia de los seres inertes. El organismo vivo se distingue de los que no lo son porque puede moverse a sí mismo. La motivación trata por lo tanto de esos determinantes que hacen que el sujeto se comporte de una determinada manera teniendo en sí mismo el principio de su propio movimiento.

De la Torre (2000), señala que la motivación es la “fuerza que impulsa al sujeto a adoptar una conducta determinada”. Gibson, Ivancevich y Donelly (2001), dentro de la misma perspectiva, la definen como “fuerzas que actúan sobre el individuo o que parten de él para iniciar y orientar su conducta”. En esta última definición quedan incorporados explícitamente el aspecto externo de la motivación y dos importantes elementos de la conducta que ella genera: la iniciación y la direccionalidad. Hellriegel y Slocum (2004) introducen en su definición la finalidad de la conducta, cuando conciben la motivación como “fuerzas que actúan sobre una persona o en su interior y provocan que se comporte de una forma específica, encaminada hacia una meta”.

Otros autores prefieren definir la motivación como un proceso. Parece más útil definirla de esa forma. La motivación no es un fenómeno directamente observable. Se infiere a partir de conductas específicas. Por lo tanto, su definición debe sugerir una sucesión de eventos que van desde la necesidad inicial hasta la conducta satisfactoria de esa necesidad.

Así, Reeve (2003) define de manera sencilla la motivación como un conjunto de

“procesos que proporcionan energía y dirección a la conducta”. Robbins (2004), con un poco más de precisión, la concibe como una serie de “procesos que dan cuenta de la intensidad, dirección y persistencia del esfuerzo de un individuo por conseguir una meta”.

Kinicki y Kreitner (2003) introducen la voluntariedad de la motivación cuando la conceptualizan como “procesos psicológicos que producen el despertar, dirección y persistencia de acciones voluntarias y orientadas a objetivos”.

Por medio de todas estas definiciones hemos podido observar que la motivación es un fenómeno altamente complejo, al cual puede uno acercarse desde diferentes perspectivas.

2. CLASIFICACION DE LA MOTIVACION

Son numerosos los criterios que pueden utilizarse para clasificar la motivación. En este apartado consideraremos algunas clasificaciones básicas para la discusión general del tema. Se reservan para otro espacio las clases de motivaciones derivadas de teorías particulares.

2.1. Motivación extrínseca y motivación intrínseca.

La motivación puede tener dos grandes fuentes. Puede emanar de las necesidades internas del individuo o puede surgir a partir de las presiones y los incentivos externos. De allí deriva la existencia de dos clases de motivación: la extrínseca y la intrínseca.

La motivación extrínseca es originada por las expectativas de obtener sanciones externas a la propia conducta. Se espera la consecución de una recompensa o la evitación de un castigo o de cualquier consecuencia no deseada. En otras palabras, la conducta se vuelve instrumental: se convierte en un medio para alcanzar un fin. Puede tratarse, por ejemplo, de obtener una recompensa económica, social o psicológica. O puede tratarse de evitar consecuencias desagradables.

La motivación intrínseca es originada por la gratificación derivada de la propia ejecución de la conducta. La conducta es expresiva: es simultáneamente medio y fin. La realización, por ejemplo, de un trabajo desafiante para el cual se tiene las aptitudes necesarias, hace que la actividad sea, de por sí, satisfactoria.

Reeve resume así la diferencia:”Con la conducta motivada intrínsecamente la motivación emana de las necesidades internas y la satisfacción espontánea que la actividad proporciona; con la conducta motivada extrínsecamente la motivación surge de incentivos y consecuencias que se hacen contingentes al comportamiento observado”.

La motivación extrínseca depende de otro, distinto del individuo actuante. Ese otro puede percibir o no la conducta. O puede evaluarla según sus propios estándares. Y, además, tiene la facultad de suministrar o no las recompensas o los castigos. De tal forma que no hay garantía de que el comportamiento que el individuo cree adecuado conduzca al logro del objetivo que promovió dicho comportamiento.

La motivación intrínseca, por el contrario, prescinde de toda externalidad. Se basta a sí misma. Por tal motivo, las teorías emergentes sobre motivación destacan la importancia y la potencialidad de la motivación intrínseca. Sin que ello signifique desconocer el papel reforzador de las sanciones externas.

2.2. Motivación positiva y motivación negativa

La conducta que la motivación produce puede estar orientada a alcanzar un resultado que genere alguna recompensa o puede estar dirigida a evitar alguna consecuencia desagradable. Ello da origen a los conceptos de motivación positiva y motivación negativa.

La motivación positiva es un proceso mediante el cual el individuo inicia, sostiene y direcciona su conducta hacia la obtención de una recompensa, sea externa (un premio, verbigracia) o interna (la gratificación derivada de la ejecución de una tarea). Este resultado positivo estimula la repetición de la conducta que lo produjo. Sus consecuencias actúan como reforzadores de tal comportamiento.

La motivación negativa es el proceso de activación, mantenimiento y orientación de la conducta individual, con la expectativa de evitar una consecuencia desagradable, ya sea que venga del exterior (una reprimenda, por ejemplo) o del interior de la persona (un sentimiento de frustración, digamos) Este resultado negativo tiende a inhibir la conducta que lo generó.

2.3. Micromotivación y macromotivación.

El nivel de motivación para el trabajo que exhibe un individuo a través de su conducta, no solamente es producto de las políticas, planes y condiciones de la organización. Ese nivel también resulta afectado por los valores sostenidos por la cultura de la sociedad en la cual se desenvuelve. Conviene definir y distinguir, entonces, la micromotivación de la macromotivación.

La micromotivación es el proceso mediante el cual las organizaciones crean un conjunto de incentivos materiales, sociales y psicológicos, para generar en los alumnos conductas que le permitan satisfacer sus necesidades y alcanzar las metas. Es un intento particular para incrementar los niveles de esfuerzo esperado en la escuela y, con ellos, los niveles de satisfacción y desempeño individual.

La macromotivación es un proceso, por lo general no planeado, mediante el cual la sociedad transmite ciertos mensajes que el individuo internaliza y que le permiten formarse una idea sobre sí mismo y sobre el trabajo, ideas que influencian seriamente los niveles de motivación individual. Esos mensajes, difundidos tanto por la prédica como por la práctica social, son parte de los contenidos culturales que la sociedad transfiere a sus miembros a lo largo de toda su vida, a través del proceso de socialización.

Cuando la macromotivación está alineada con la micromotivación se potencian las iniciativas motivadoras. Cuando el conjunto de valores de la sociedad tienen una dirección distinta a la de la micromotivación, los esfuerzos tienden a anularse. Una sociedad, por ejemplo, que privilegia el ocio y que considera el trabajo como un castigo, obstaculiza los esfuerzos que realice para elevar los niveles de motivación de sus integrantes.

3. LAS HERRAMIENTAS DE LA MOTIVACIÓN

La incorporación de las nuevas tecnologías a la enseñanza y el uso de aplicaciones interactivas para impartir las materias se ha convertido en un elemento de motivación para los alumnos y, al tiempo, fomenta el respeto entre los estudiantes.

Las tecnologías de la información y la comunicación son un factor de dinamización de la vida actual hasta el punto en que están presentes en casi todas las actividades cotidianas del ser humano. En el campo de la educación, las TIC han contribuido en el desarrollo de áreas tales como las habilidades sociales e intelectuales, compromiso con el aprendizaje, motivación, enseñanza y colaboración, además de tener un impacto positivo en el rendimiento de los estudiantes, especialmente en aquellos con menores capacidades (UNESCO, 2003).

Las TICS involucran equipos como la computadora, videocámaras, grabadoras, celulares, retroproyectores y demás equipo tecnológicos que dominen el docente y sus estudiantes. Esta generación se interesa mucho por la tecnología y esta forma es una manera de atraerlos al aprendizaje.

De esta manera, hacer interacción con blogs, correos electrónicos y mensajes instantáneos, hacen a los estudiantes más interesados en la lección.

Uno de los fenómenos asociados más frecuentemente al uso de las TIC tiene que ver con el interés que despiertan, sobre todo en los niños y jóvenes quienes son los que más fácilmente las incorporan a su cotidianidad. (Men Argentina, 2007).

Algunas herramientas que utilizan los docentes no son solamente las TICS, sino también dinámicas de grupo, métodos de enseñanza y técnicas grupales.

3.1. Dinámica de Grupo

Se podría intentar atenuar las diferencias de  status entre los alumnos, mediante medidas basadas en la dinámica de grupo, consiguiendo, mediante métodos de enseñanza en grupo, que los alumnos mejores ayuden a los menos buenos. Esto fracasa, sin embargo, cuando la superioridad de los buenos alumnos representa el criterio fundamental para la adopción de medidas dentro del aula escolar.

Se dice que los buenos alumnos podrían sufrir un contratiempo, si tienen que atender a los otros en la enseñanza en grupo y si se tienen que preocupar por ellos, y que también sus logros podrían retroceder. Por el contrario, se estima poco el hecho de que  podrían aprender, en vez de motivos basados en la competencia de rendimientos, otros basados en la ayuda mutua y en el «ser unos  para otros.

3.2. Métodos de Enseñanza

Esta forma de actividad escolar se basa en la acción participativa y el trabajo grupal. La comunicación que se establece en el aula es tanto entre profesor y alumnos como entre los propios estudiantes. La participación activa de todos los miembros que intervienen en la situación de enseñanza-aprendizaje es fundamental en esta orientación cuyos fundamentos teóricos se encuentran en la psicología humanista, escuela psicológica que ha puesto en evidencia las potencialidades del grupo y la importancia decisiva de las relaciones humanas.

Para organizar y desarrollar la actividad de grupos en situación escolar, se ha establecido un cuerpo de normas prácticas — técnicas— fundadas científicamente y suficientemente probadas por la experiencia. Estas técnicas son muy numerosas y a continuación, señalaremos las más destacables.

3.3. Técnicas grupales utilizadas

  • Simposio: Un equipo de expertos desarrolla diferentes aspectos de un tema o problema en forma sucesiva ante el grupo. Será sin duda de gran provecho permitir a los alumnos hacer  preguntas directas a los miembros del simposio. En cualquier caso, los alumnos podrán tomar notas de lo que se diga, o bien puede distribuírseles posteriormente una copia de la versión grabada.
  • Mesa redonda: Un equipo de expertos que sostienen  puntos de vista divergentes o contradictorios sobre un mismo tema, exponen ante el grupo en forma sucesiva. Las posibilidades de aplicación de esta técnica en la escuela son innumerables. En todas las asignaturas o áreas de estudio se presentan temas que pueden dar lugar a interpretaciones divergentes, y la constante actualización de investigaciones científicas y descubrimientos, incrementa la necesidad de confrontar conocimientos.
  • Panel: Un equipo de expertos discute un tema en forma de diálogo o conversación ante el grupo. Ciertos temas, más bien relacionados con situaciones personales o familiares o de la comunidad, más que con las materias de estudio, parecen adecuados para ser tratados mediante el panel.
  • Diálogo o debate público: Dos personas capacitadas o especialmente invitadas conversan ante un auditorio sobre un tópico, siguiendo un esquema previsto. Aun dentro de la clase corriente, en el aula, el diálogo será un elemento dinámico de atracción para desarrollar muchos de los  puntos de cualquier asignatura. También puede organizarse un diálogo a cargo de dos alumnos que se preparen especialmente para desarrollar un tema. Temas particularmente áridos o muy conceptuales se prestan  para este tipo de desarrollos.
  • Entrevista: Un experto es interrogado por un miembro del grupo ante el auditorio, sobre un tema  prefijado. Se puede invitar a un experto o especialista para realizar con él una entrevista acerca de un punto del programa de estudios, o de cualquier otro tema de interés. El interrogador será en lo posible un estudiante bien elegido  por su habilidad para la tarea.

4. EL ROL DEL MAESTRO EN LA MOTIVACION

En el ámbito escolar, el docente adquiere un papel primordial. Para conseguir que sus estudiantes muestren una disposición positiva hacia el aprendizaje, su actitud no se debe limitar a la transmisión de conocimientos, sino que debe poner énfasis en cómo lo hace. Para ello, cuenta con distintas estrategias para aplicar en el aula, hacer sus clases más atractivas y despertar el interés de los estudiantes por los contenidos curriculares, de modo que al finalizar se sientan satisfechos de haber aprendido algo nuevo.

Sin embargo, se tiene que considerar que la motivación no es permanente inmutable:

“…La motivación no se activa de manera automática ni es privativa del inicio de la actividad o tarea, sino que abarca todo el episodio de enseñanza aprendizaje, y que el alumno así como el docente deben realizar deliberadamente ciertas acciones, antes, durante y al final, para que persista o se incremente una disposición favorable para el estudio”

Como se puede apreciar, la motivación debe darse antes, durante y al final de la construcción del aprendizaje. Sin ser una “receta”, existen algunas sugerencias que aquí se presentan para motivar a los alumnos antes, durante y después de las actividades o tareas:

  • Relacionar los objetivos de las explicaciones con los objetivos y proyectos de los alumnos.
  • Llevar al aula información sobre el mundo real, que trate aspectos laborales y académicos de interés para los estudiantes.
  • Comenzar las clases con preguntas, incógnitas o datos que despierten el interés por el tema.
  • Fomentar la participación de los estudiantes para que piensen en los temas que ya conocen y muestren su opinión sobre el contenido.
  • Ayudar a reconocer y superar la ansiedad y frustración, reconocer sus capacidades y adaptar las tareas a ellas.
  • Personalizar el trato con el alumno, dedicarle un tiempo exclusivo para hablar con él sobre temas académicos o extraescolares.
  • Proponer trabajos en grupo para favorecer que se ayuden entre sí y aprendan a valorar la labor conjunta de un equipo.

5. ACTIVIDADES DE MOTIVACIÓN DURANTE LA CLASE

5.1. Manejo de la motivación “antes”:

  • Mantener una actitud positiva. Primero que nada, el maestro debe mostrar una actitud positiva, ya que los alumnos la captarán inmediatamente cuando entre al salón de clase.
  • Generar un ambiente agradable de trabajo. El clima o la atmósfera del salón de clase debe ser cordial y de respeto. Se debe evitar situaciones donde se humille al alumno.
  • Detectar el conocimiento previo de los alumnos. Esto permitirá tener un punto de partida para organizar las actividades y detectar el nivel de dificultad que deberá tener. Asimismo, se podrá conocer el lenguaje de los alumnos y el contexto en el que se desenvuelven.
  • Preparar los contenidos y actividades de cada sesión. Un maestro que llega a improvisar es detectado automáticamente por los alumnos, por lo cual pierde credibilidad y los desmotiva.
  • Mantener una mente abierta y flexible ante los conocimientos y cambios. Hay que considerar que los conocimientos se construyen y reconstruyen día con día; que existen diferentes perspectivas para abordarlos ya que no son conocimientos acabados e inmutables.
  • Generar conflictos cognitivos dentro del aula. Plantear o suscitar problemas que deba resolver el alumno, que activen su curiosidad e interés. Presentar información nueva, sorprendente, incongruente con los conocimientos previos del alumno para que éste sienta la necesidad de investigar y reacomodar sus esquemas mentales.
  • Orientar la atención de los alumnos hacia la tarea. Tratar de que los alumnos tengan más interés por el proceso de aprender y no por las recompensas que puedan tener.
  • Cuidar los mensajes que se dan. Tratar de no desmotivar a los alumnos diciendo que algo es muy difícil y que no van a poder con ello. Al contrario, hay que alentarlos a que den su mayor esfuerzo y felicitarlos por ello.

5.2. Manejo de la motivación “durante”

  • Utilizar ejemplos y un lenguaje familiar al alumno. A partir del conocimiento previo del educando, el maestro puede conocer su forma de hablar y pensar. Utilizando esto se pueden dar ejemplos que los alumnos puedan relacionar con su contexto, sus experiencias y valores.
  • Variar los elementos de la tarea para mantener la atención. Si el maestro siempre sigue las mismas actividades y procedimientos en todas las clases, los alumnos se aburrirán, ya que éstas se harán monótonas. Por ello, el maestro deberá tener una amplia gama de estrategias de aprendizaje para que los alumnos se motiven en la construcción de su aprendizaje.
  • Organizar actividades en grupos cooperativos. Pueden ser exposiciones, debates, representaciones, investigaciones, etc. Las actividades en grupos cooperativos permitirán a los alumnos tener diferentes puntos de vista sobre el mismo material, por lo cual sus compañeros servirán de mediadores en su construcción del conocimiento.
  • Dar el máximo de opciones posibles de actuación para facilitar la percepción de la autonomía. El alumno, aún cuando sea parte de un grupo, es un ser autónomo, que merece ser tomado en cuenta como tal; por lo cual, no debe ser tratado como uno más en la masa. Se debe respetar su individualidad dejándolo actuar y pensar por sí mismo.
  • Mostrar las aplicaciones que pueden tener los conocimientos. Ejemplificar mediante situaciones diarias la relevancia de los contenidos. Muchas veces los alumnos dicen: para qué estudio esto si no me va a servir para nada. El maestro debe orientarlos para que lo apliquen en su realidad. Si es posible, guiarlos para que sean ellos quienes le encuentren sentido y digan para qué sirve.
  • Orientarlos para la búsqueda y comprobación de posibles medios para superar las dificultades. Hay un dicho popular que dice: si le das un pez al hambriento, comerá ese día. Si le enseñas a pescar, comerá siempre. Esta analogía sirve para ejemplificar la labor del docente.

5.3. Manejo de la motivación “después”

  • Diseñar las evaluaciones de forma tal que no sólo proporcionen información del nivel de conocimientos, sino que también permitan conocer las razones del fracaso, en caso de existir. La evaluación debe permitir detectar las fallas del proceso enseñanza aprendizaje, para que el maestro y el alumno puedan profundizar en ellas y corregirlas.
  • Evitar en lo posible dar sólo calificaciones. Se debe proporcionar a los alumnos información acerca de las fallas, acerca de lo que necesita corregir y aprender.
  • Tratar de incrementar su confianza. Emitir mensajes positivos para que los alumnos se sigan esforzando, en la medida de sus posibilidades.
  • Dar la evaluación personal en forma confidencial. No decir las calificaciones delante de todos. Es preferible destinar un tiempo para dar la calificación en forma individual, proveyéndolos de la información necesaria acerca de las fallas y los aciertos; buscando de esta forma la retroalimentación del proceso enseñanza aprendizaje.

Éstas son sólo algunas recomendaciones para el manejo de la motivación dentro del aula, no es una receta de cocina, ya que cada profesor podrá agregar más a la lista, según la experiencia que haya tenido en su labor docente.

5.4. Condiciones necesarias en las aulas para la motivación

Hasta satisfacer las cuatro necesidades básicas, ninguna estrategia motivacional tendrá éxito. Una vez que estos requerimientos están cubiertos, habrá numerosas estrategias para ayudar a los estudiantes a obtener confianza, valorar el aprendizaje y permanecer con la preocupación de la tarea.

Primero, el salón de clases debe estar relativamente con una buena organización y sin interrupciones ni desviaciones constates.

Segundo, el profesor debe ser una persona paciente que dé apoyo y no castigue, critique o avergüence a los estudiantes por sus errores, por ejemplo, dar la calificaciones de los exámenes de manera grupal y más que ayudarlos se sienten devaluados, de lo contrario al dar las calificaciones de manera individual se permite al alumno que aprenda de sus errores para un mejor aprendizaje.

Tercero, el trabajo debe ser desafiante pero razonable. Si el trabajo es muy fácil o bastante difícil, los estudiantes tendrán poca motivación para aprender y sólo se centrara en terminar la tarea y no en el aprendizaje que puede darle dicha tarea para su desarrollo cognitivo.

Cuarto y último, las tareas deben ser auténticas es decir, que sean congruentes con el objetivo que se desea alcanzar, además tomando en cuenta las necesidades y los niveles cognoscitivos de cada uno de los alumnos.

6. FUNCIÓN MOTIVADORA DEL PROFESOR: SIN MOTIVACIÓN NO HAY APRENDIZAJE

Desde este punto de vista, el profesor debe plantearse un triple objetivo en su acción motivadora:

  • suscitar el interés
  • dirigir y mantener el esfuerzo
  • lograr el objetivo de aprendizaje prefijado

Si en la escuela tradicional llamábamos motivación solamente a la inicial, aquí vemos que la motivación debe mantenerse hasta el final, y ser el punto de partida, si el proceso de aprendizaje tiene éxito, de nuevas motivaciones para nuevos procesos.

6.1. Cada alumno se motiva por razones diferentes

La motivación como proceso autoenergético de la persona, limita la función del profesor a ser un agente exterior que trata de desencadenar las fuerzas interiores del alumno. Esto nos lleva a una consecuencia: los incentivos tienen un valor motivacional limitado. La misma actividad incentivadora produce distintas respuestas en distintos individuos, o incluso en el mismo alumno en diversos momentos.

En la práctica se traduce en una limitada eficacia de las motivaciones colectivas, si no van acompañadas de una individualización y adecuación a las peculiaridades del alumno, en las que influyen tanto los rasgos de personalidad como su misma historia.

6.2. Es más importante crear el interés por la actividad que por el mensaje

Para ello hay que apoyarse en los intereses de los alumnos y conectarlos con los objetivos del aprendizaje o con la misma actividad. Hay muchos profesores que tienden a buscar técnicas interesantes para ellos pero que no provocan ninguna motivación en los alumnos. Los alumnos no se motivan por igual, por lo que es importante buscar y realizar actividades motivadoras que impliquen mayor participación del alumno.

Si recordamos la pirámide de Dale, y la identificamos con el aprendizaje a partir de la experiencia, podríamos extrapolar esta situación para definir que se motiva más y mejor quien mayores y mejores experiencias vive en el aula. Leemos ya con bastante frecuencia, que en situaciones de aprendizaje nos importan más los procesos que los resultados. La razón es que los procesos permanecen siempre y sirven de refuerzo o motivación para posteriores aprendizajes.

7. MITOS DE LA MOTIVACION ESCOLAR

Hay ciertos mitos acerca de la motivación escolar los que deben ser definitivamente erradicados. Estos son:

  • La motivación escolar es un proceso exclusivamente endógeno, interpersonal, donde intervienen poco los factores interpersonales o sociales.
  • La disposición favorable para el aprendizaje es inerte a la personalidad del alumno y está determinado por su ambiente familiar o contexto socioeconómico.
  • La motivación es un proceso afectivo, me gusta o no me gusta.
  • La motivación es un proceso que se origina al inicio de una actividad o tarea del aprendizaje.
  • Para motivar a los alumnos lo más importante es disponer de un buen sistema de recompensa o premio de sus logros.
  • Los buenos alumnos están motivados por el aprendizaje en si mismos, los malos estudiantes, por las recompensas externas que pueden obtener.
  • Los profesores no son responsables de la motivación de sus alumnos.

Es poco probable que se llegue a mejorar la motivación por aprender en alumnos con historias de fracaso escolar, con algún tipo de discapacidad, apáticas o ansiosas.

8. EFECTOS DE LA MOTIVACION EN EL APRENDIZAJE

La motivación escolar no se restringe a la aplicación de una técnica o método de enseñanza en particular. Por el contrario, conlleva una complicada interrelación de diversos componentes cognitivos, afectivos, sociales y académicos que tienen que ver tanto con las actuaciones de los alumnos como con la de sus profesores.

De igual forma, es un hecho que la motivación estará presente en todo acto de aprendizaje y en todo procedimiento pedagógico, ya sea de manera explícita o implícita, y sólo podrá interpretarse analizando las incidencias y características propias de los actores y comunidades educativas implicadas.

El logro del aprendizaje significativo está condicionado no sólo por factores de orden intelectual, sino que requiere como condición básica y necesaria una disposición o voluntad por aprender, sin la cual todo tipo de ayuda pedagógica estará condenada al fracaso.

A lo largo de este trabajo, se verá que los procesos motivacionales se relacionan con e influyen en la forma de pensar del alumno, las metas que establece, el esfuerzo y persistencia que manifiesta, las estrategias de estudio que emplea y, en un sentido amplio, con el tipo de consecuencias asociadas al aprendizaje resultante. Sin embargo, la condición de estar motivado o no por aprender significativamente no sólo depende de la voluntad de los alumnos, sino que el profesor juega un papel clave en dicha motivación, por lo que es indispensable que tome conciencia de ello.

9. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA MOTIVACION

Los factores que influyen en el aprendizaje y la comunicación del adolescente y que dan como consecuencia un bajo desempeño en los estudios del adolescente son:

9.1. Factores fisiológicos

Influyen en forma importante en el bajo rendimiento de los estudiantes, al disminuir la motivación, la atención y la aplicación en las tareas, así como la inmediata habilidad del aprendizaje en el salón de clases y limitan sus capacidades intelectuales.

9.2. Factores pedagógicos

Se relacionan directamente con la calidad de la enseñanza que depende de:

  • Número de alumnos por maestro.
  • Motivación escolar.

9.3. Factores psicológicos

Algunos estudiantes presentan desórdenes en sus funciones psicológicas básicas, tales como: percepción, memoria, conceptualización, personalidad, inteligencia, etc.

9.4. Factores sociológicos

Estos son aquellos que incluyen las características socioeconómicas y familiares de los estudiantes.

Al hablar de estos cuatro tipo de factores solo analizaremos “la motivación escolar” que se encuentra dentro de los factores pedagógicos, ya que constituye uno de los factores que más influye en el aprendizaje. Debido a la imposibilidad de un tratamiento exhaustivo del tema, fueron seleccionados elementos conceptuales, que se consideraron de utilidad para dicha investigación.

10. COMO SE LOGRA EL APRENDIZAJE

Los numerosos objetivos, intenciones, necesidades, impulsos, afanes, esperanzas y deseos que constituyen las fuerzas de la motivación en la vida de un joven no siempre operan todos en la misma dirección. Es más, muchos de los motivos que guían la conducta de los estudiantes en el salón de clases están, en gran medida, fuera del control del profesor. Por ejemplo, el deseo de aprobación de sus compañeros ha distraído a muchos niños de las tareas escolares y, por ello, dejan de esforzarse.

Las posibilidades de alcanzar el éxito en logros que exigen un esfuerzo sostenido a lo largo de muchos años de escolarización son más cuando los jóvenes pueden depender del apoyo y el aliento constantes de su familia.

El niño que puede ver, directamente, tal vez en un hermano o hermana, los premios que se derivan de la persistencia en tareas arduas de aprendizaje, encontrará con más facilidad el valor futuro que tienen los esfuerzos y los planes de largo plazo.

Distintas necesidades resultan más o menos importantes en diferentes momentos. La pirámide de las necesidades propuesta por Abraham Maslow ilustra cómo ciertas necesidades básicas predominan sobre otros motivos y cómo diversos anhelos y deseos adquieren prominencia a medida que otras necesidades van quedando satisfechas. Según Maslow, las personas actúan para satisfacer sus necesidades fisiológicas básicas y su necesidad de tener seguridad, y no es sino hasta que estas necesidades han quedado satisfechas cuando otras adquieren importancia, por ejemplo, la necesidad de amor, de pertenencia y de autoestima. Todos los niños necesitan mucho aliento y mucha atención, y su necesidad de saber y entender predomina, según la teoría de Maslow, cuando todas las demás necesidades han quedado satisfechas.

Por tanto, los niños que tienen otras necesidades plenamente satisfechas probablemente encontrarán más fácil prestar toda su atención a las tareas escolares de aprendizaje, pues están en libertad de dirigir sus energías a satisfacer la necesidad de “saber y entender”.

Uno de los factores principales que condicionan el aprendizaje es la motivación con que éste se afronta. Por ello, para facilitar el que los alumnos se interesen y se esfuercen por comprender y aprender, diferentes investigadores han estudiado los factores de que depende tal motivación y han desarrollado modelos instruccionales en base a los que crear entornos de aprendizaje que faciliten que éste se afronte con la motivación adecuada.

Las actividades académicas tienen siempre más de un significado puesto que, como veremos, contribuyen a la consecución de diferentes metas. Sin embargo, no todas las metas tienen la misma importancia para cada uno de los alumnos. Esta importancia varía tanto en función de la orientación personal de éstos como de las distintas situaciones que afrontan a lo largo de su vida académica. Por este motivo, teniendo en cuenta que las distintas metas a menudo tienen efectos opuestos sobre el esfuerzo con que los alumnos afrontan el aprendizaje, parece importante conocer cuáles son tales efectos para así saber sobre qué metas tratar de influir y cómo hacerlo.

El significado básico que toda situación de aprendizaje debería tener para los alumnos es el de que posibilita incrementar sus capacidades, haciéndoles más competentes, y haciendo que disfruten con el uso de las mismas. Cuando esto ocurre se dice que el alumno trabaja intrínsecamente motivado, siendo capaz de quedarse absorto en su trabajo, superando el aburrimiento y la ansiedad, buscando información espontáneamente y pidiendo ayuda si es realmente necesaria para resolver los problemas que encuentra, llegando a autorregular su proceso de aprendizaje que, de un modo u otro, llega a plantearse como el logro de un proyecto personal.

Parece, pues, que conseguir que los alumnos afronten el aprendizaje atribuyéndole el significado señalado tiene efectos máximamente positivos, lo que plantea la cuestión de saber qué característica debe reunir el modo en que el profesor plantéala enseñanza para que los alumnos la afronten del modo indicado.

El aprendizaje se realiza, sin embargo, en un contexto social que contribuye a atribuirle otros significados. El significado más patente es el instrumental. Por ello, esforzarse por aprender puede ser más o menos interesante dependiendo del significado funcional de lo que se aprende. Se busca aprender algo útil, si bien la utilidad es relativa: comprender un principio, resolver un problema, facilitar nuevos aprendizajes, facilitar aprendizajes que posibilitan el acceso a distintos estudios, al mundo profesional en general y a puestos específicos de trabajo en particular, etc. Si no se percibe la utilidad de lo que se ha de aprender, el interés y el esfuerzo tiende a disminuir en la medida en que el alumno se plantéela cuestión de la utilidad.

Por el contrario, en la medida en que se perciban las múltiples utilidades -a corto y a largo plazo- que puede tener aprender algo, aumenta la probabilidad de que el interés y el esfuerzo se acrecienten.

La utilidad del aprendizaje puede ser algo intrínseco al mismo. Así, estudiar facilita la comprensión de conceptos o procedimientos que, a su vez, facilitan la comprensión y el aprendizaje de otros más complejos que, por su parte, contribuyen a la adquisición de capacidades más generales.

A veces no es que los alumnos no aprendan porque no estén motivados, sino que no están motivados porque no aprenden, y no aprenden porque su modo de pensar al afrontarlas tareas es inadecuado, impidiendo la experiencia satisfactoria que supone sentir que se progresa, experiencia que activa la motivación. El hecho de que esto ocurra se ve producido de acuerdo con Dweck y Elliot (1983), si el alumno, al afrontar una tarea, se fija sobre todo en la posibilidad de fracasar en lugar de aceptarla como un desafío y de preguntarse cómo puede hacerla, se centra en los resultados más que en el proceso que le permite alcanzarlos y considera los errores como fracasos y no como ocasiones de las que es posible aprender.

Los dos modos de pensar frente a las tareas que acabamos de describir se aprenden dependiendo, en buena medida, del grado en que los profesores centran su enseñanza no tanto en la evaluación de los resultados conseguidos por los alumnos cuento en hacerles conscientes de los procesos a seguir para realizar las distintas actividades, algo que depende en buena medida de que modelen los procesos a seguir, de que identifiquen el origen de las dificultades de los alumnos y de que ajusten sus ayudas a las mismas, moldeando progresivamente el aprendizaje mediante una adecuada retroalimentación.

Si los profesores actúan de este modo, lo que no parece frecuente de acuerdo con los datos de Smith (1984), los alumnos terminan aprendiendo que a pensar se aprende y que con esfuerzo se puede mejorar la propia inteligencia, lo que contribuye a reforzar el modo de afrontamiento que han aprendido. Por el contrario, la ausencia de una retroalimentación adecuada da lugar a que los alumnos experimenten como insalvables muchas dificultades de las que a menudo no son responsables, con lo que terminan creyendo que el tipo de tareas o estudios en cuestión no son para ellos, creencia que contribuye a mantener el patrón de afrontamiento anteriormente descrito.

CONCLUSION

En este trabajo se llego a la conclusión, en que la motivación en la materia de español es una estrategia para sacar al grupo adelante de suma importancia ya que sin ella es imposible llegar a los alumnos y conocer sus necesidades como debilidades.

La motivación aportará resultados en el aprendizaje de los alumnos, esto también se debe a que dentro de ella se tiene la necesidad de conocer y aprender cosas nuevas y atractivas que enriquezcan sus nociones y se tenga varias formas de aprender y mejores estrategias para una mejor educación.

Cada una de las estrategias que se aplican dentro del aula será de valor y apoyo para una mejor comprensión del tema que se esté impartiendo en un periodo de clase, por tanto es necesario que el docente implemente tácticas que colaboren en el desarrollo de la clase y por ende en el aprendizaje de los educandos de secundaria.

Es importante saber que las estrategias siempre se tienen que realizar de acuerdo a las habilidades y debilidades de los alumnos, ya que de ellas depende captar la atención del alumno de tal modo que muestre interés por lo que el docente le está impartiendo en ese momento.

BIBLIOGRAFIA

DE LA PEÑA, X. La motivación en el aula. Psicopedagogía.com. Recuperada en Octubre, 28, 2010, del sitio Web http://www.psicopedagogia.com/motivacion-aula

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Elementos que hay que tener presentes en la motivación del estudiante

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Existen diversos factores que afectan la motivación y a su vez el rendimiento del estudiante.

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Las reprimendas, castigos y comentarios negativos no son solución para el bajo rendimiento del estudiante, estos solo estancan al estudiante en frustración.

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La utilización de las TICS motivan a los estudiantes al aprendizaje

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Al utilizar actividades que permitan motivar al estudiante, el mismo va a querer participar en clase.

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Citar este texto en formato APA: _______. (2018). WEBSCOLAR. La motivación y sus herramientas para lograr su proceso de aprendizaje. https://www.webscolar.com/la-motivacion-y-sus-herramientas-para-lograr-su-proceso-de-aprendizaje. Fecha de consulta: 28 de March de 2024.

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